Visitamos el Taller de un Dios

253 18 0
                                    

POV Percy

Andamos por el Laberinto unas cuantas horas, cuando decidimos que estábamos perdidos.

En varias ocasiones estuve tentado a gritar el nombre de alguno de los tipos de mi sueño, pero me pareció que no era buena idea hacerlo con todos los monstruos que habitan aquí.
- Percy, huelo monstruos.

Carajo.

- ¿Enserio, Grover?

Él me miro.

- No, Percy, estoy bromeando.

Su voz era tan sarcástica, que me dolió.

- Perdona mi estupidez.

Él sólo rodo los ojos.

Sarah, que hasta ahora se había mantenido en silencio, dijo.

- ¿Donde están, Grover?

- Por allá. -Dijo mientras señalaba el túnel de la derecha.

- Entonces, hay que movernos lo más rápido posible.

Ellos asintieron.

Empezamos a recoger nuestras cosas.

Cuando estábamos por acabar, se empezaron a escuchar pasos por el túnel que un momento antes había señalado Grover.

- Hay que movernos.

Terminamos de recoger las cosas y empezamos a correr hacia el túnel contrario de donde se escuchaban los pasos.

Estuvimos corriendo, cuando nos encontramos con una puerta rara.

La puerta parecía una de aquellas escotillas de submarinos.

- Hay que entrar ahi. -Les dije.

Grover parecía querer decir algo, pero los pasos aumentaban.

Al final, entramos en la puerta rara.

Era una sala llena de elevadores hidráulicos, algunos tenían coches y otros tenían cosas muy raras.

Estabamos caminando viendo los objetos, cuando una voz retumbo por la sala.

- ¿Quien ha osado entrar en mi taller?

Al momento supe quien era.

Hefesto, el Dios del Fuego y de las Fraguas.

- Perseus Jackson y soy...

- Sé quien eres.

Delante de nosotros apareció un tipo bastante alto, estaba vestido con un típico overol de mecánico, tenía bordado, en la parte de la espalda, "#MiTaller,MisReglas"y en la parte del bolsillo del pecho tenía bordado su nombre "Hefesto", cojeaba de una pierna.

- Perseus Jackson, voté por ti para que no te mataran cuando eras un niño ¿No recuerdas?

Entonces recordé que el dios que tenía enfrente, siempre había votado a mi favor.

- Señor Hefesto, claro que lo recuerdo, es otro de los dioses al cual he decepcionado.

El dios me lanzo una mirada triste, ó al menos lo intento.

- Escucha, semidios, yo también he estuve tentado a cambiar mis ideales, pero recuerda que siempre hay quienes están a tu lado y te ayudan.

No pude evitar recordar a Zoe, a mi madre, a mi padre, Bianca, Nico, Grover, Marina, Annabeth, también recorde a Sarah y a Beckendorf, a Silena, a Rachel, a los Stoll, pero sobre todos, recordé a Thalia.

- Quiero hacer algo a cambio de todas las veces que confío en mi, señor.

Hefesto se rasco la barbilla.

- Tengo una fragua, pero siento que ha sido profanada, pero cada vez que voy, no hay nadie, supongo que sienten mi presencia, por eso te lo pido a ti.

Asentí.

- Si, mi señor, pero antes de ir a esa misión, quiero que conozca a alguien.

Me gire hacia Sarah.

- Acércate, Sarah.

Ella lo hizo, se veía incómoda, pero supongo que es normal.

- Ella es tu hija, Sarah Nelson.

Hefesto la miro con una ceja alzada.
- Hija, acercate, vamos a hablar un poco.

Ella asintió y se alejó hablando con Hefesto.

Supongo que vamos a tardar un poco más.

Percy Jackson ¿El Cazador o el Cazado?/CANCELADA/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora