Percy Jackson ¿El Cazador o el Cazado?/CANCELADA/

Regresando a Casa

POV Percy

- Quiero que me beses.

¿Que?

- ¿Perdona?

Ella soltó una risita.

- Jugaba contigo, Percy, sé que amas a Thalia, que a pesar de que no la conozco, debo de pensar que es una gran chica, sobretodo porque logró enamorar al gran Percy Jackson.

Suspire, aliviado.

No me mal entiendan, Calypso ea hermosa, aparte de ser muy dulce, pero tiene algo que hacer que no me guste, ella no es Thalia.

- Me asusté, pensé que en realidad querías un beso mío.

- No, Percy, pero debo decirte que ya es muy tarde, ya hay que dormir.

Observe y, en efecto, comenzaba a anochecer.

Pero algo me decia que aún no era hora de dormir, así que le dije a Calypso que saldría dar una caminata.

Ella aceptó y dijo que ya iba a dormir.

Salí, caminé por un rato.

No podía comprender cómo algo tan hermoso, podía ser una prisión.

Algo dentro de mi quería quedarse, pero no puedo abandonar a mis amigos, a mis hermanas, a mi madre, a mi padre, al Olimpo y , sobretodo, a Thalia, mi Thalia.

Cuando el cielo oscureció, decidí que era momento de regresar.

En cuanto llegue a la a pequeña casa de Calypso, mire por última vez el paisaje.

Ví como la Lunase reflejaba en el océano, como que brillo iluminaba las olas.

Decidí que algún día haría que Thalia viera esto.

Y sin más, fui a dormir.

(/) (-) (/) (-) (/) (-) (/) (-) (/)

El sol ya había salido, cuando Calypso me despertó.

- Vamos, Percy, hoy es el día que regresas a tu casa.

No pude evitar sentirme alegre.

Me levanté, desayunamos y Calypso me llevó a la orilla del mar, donde misteriosamente había una pequeña balsa de madera.

- Vamos, Percy, aquella balsa, es tu... ¿Como se dice ahora?... ¿Transporte?, sí, esa balsa es tu transporte.

Asentí.

- Me tengo que ir, Calypso, pero prometo sacarte de aquí.

Asintió con mirada triste.

- Eso espero, Jackson.

Cuando me alejé de la orilla, ya sobre la balsa , escuche a Calypso gritarme.

- Troya...Maldición..
Aquiles... Defender... Olimpo...

Intenté entender como ella sabía de la guerra de Troya, pero en mi mente, todas sus palabras tomaron sentido.

- Debo utilizar la maldición de Aquiles para defender el Olimpo.

Entonces tuve la necesidad de hablarlo con alguien.

Quería ir a casa.

Al Campamento Mestizo.