9. Bendición de la Luz.

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Sif veía como Hariks discutía con otro capitán Caído sobre unirse a su causa para unir a todos los Eliksni. Aquel capitán empuñó una espada en una de sus manos principales y dirigió su hoja hacia la espectro sobre el hombro de Hariks.

Donde hay un espectro, existe un guardián en su rescate —bramó.

Hariks miró a Sif por un momento antes de bajar la espada del otro Eliksni.

Es mi espectro —replicó al instante sin titubear frente a otro Eliksni de mayor tamaño y fuerza —. Ya he asesinado a su guardián.

Sif llevó su atención en su gran compañero, había detectado a más de un guardián acercarse a su posición rapidamente.

Te conozco... Eres Hariks, el exiliado —dijo el otro capitán entre risas al ver un simple vandalo plantandose frente a él para sugerirle una inútil unión —. Creerte un Kell es otro de tus delirios de grandeza.

El capitán retrocedió y en voz alta invitó a los pocos Caídos que seguían a Hariks a volver a la Casa del anochecer antes de que se arrepintieran de seguir a un exiliado como lo era su líder.

—Veámos cuantos comparten tu visión —murmuró después.

A uno a uno los pocos seguidores de Hariks fueron cambiando de lados. Cada uno pasó por su lado sin siquiera mirarle la cara antes de abandonarlo.

Nosotros ya estamos bajo un mismo estandarte, únete y es posible que conserves algo de honor —indicó el capitán.

Hariks negó con la cabeza y simplemente dio la vuelta, escuchando la última advertencia de Sif sobre los guardianes que se aproximaban. En su ida escuchó como aquel capitán reía y lo insultaba en alto.

De camino a las minas por las que se había acercado a ese lugar, observó a un guardián en lo alto de unas estructuras apuntando con un fusil de pulsos. Al ser divisado, éste simplemente hizo un saludo y lo dejó pasar. Tiempo después escuchó como una pelea recién estallaba en el lugar que había abandonado.

Siguió su caminata por las oscuras cuevas con su espectro sobre su hombro, iluminando el camino. Sus pensamientos eran más que nada próximos planes para seguir reclutando a su causa pero los otros eran aquellos en los que podía fracasar tal y como lo había hecho esa vez.

Nadie cree en lo que realmente los Eliksni pueden convertirse —habló con una ligera pizca de decepcion.

—Yo lo hago —dijo Sif mostrando una vez mas su lealtad a un ser lejos de ser un guardian.

Detras suyo resonó el eco de las gotas de agua que constantemente caían, pero también el de unas pisadas cerca de ellos. Hariks se giró y observó sin mucho reparo a la Vandalo y un Sirviente que apenas los habían alcanzado.

También nosotros —habló una Vándalo representándose a ella y Serkis como sus únicos dos seguidores.

Hariks observó con mayor detalle al Sirviente y la Vándalo, Froskark, su hermana e hija de una misma madre, portando dos peligrosas cuchillas con energia de Arco recorriendo a cada una de ellas.

La Vándalo se inclinó y bajó sus armas al suelo para demostrarle su lealtad.

Nosotros no lo abandonaremos.
 
 
 
 
 
Los dos cazadores permanecieron el resto del asalto en silencio, únicamente se dirigían la palabra para informar de hostiles ocultos o cambios de posición. Los dos respondieron el llamado de Wesk cuando se les fue solicitado, abandonando la altura para poder reunirse con el resto de guardianes.

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⏰ Última actualización: Apr 21, 2020 ⏰

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