—¿Te gusta? —le pregunté a Lion que estaba babeando por una chica.
—Sí, me gusta mucho —respondió sin volver a verme, yo rodeé los ojos.
Después de tantos años siendo amigos, diez para ser exacta, ya me acostumbré a esto, de que él se enamore constantemente y tenga novias y demás mientras yo lo amo en secreto.
—¿Me ayudas? —lo vi.
—¿A qué? —pregunté sin entender de qué hablaba.
—Quiero que ella sea mi novia —siempre hacía eso, pedirme ayuda para conquistar a las chicas que le gustaban.
—Claro que sí. Yo siempre estaré aquí para apoyarte.
Así o más estúpida era.
En fin, hice lo que dije, le ayudé a conquistarla, ¿cómo? La seguí durante dos días y vi un poco que le gustaba, luego se lo conté a Lion, le di algunos consejos y pum, al día siguiente me llamó diciendo que eran novios.
En ese momento mi corazón se rompió otra vez y lloré otra vez, porque gracias a mí él estaba con alguien más. Pero a la misma vez tuve de consuelo que sus relaciones nunca suelen durar.
Así que sólo esperaría que eso pasara, dejaría que el tiempo los separara.