Y aquí estoy ahora, entre el grupo de "amigas" que deben ayudar a la novia a escoger su vestido, odio esto, es más, odio ir de compras, pero no me quedó de otra que aceptar la invitación.
Lo que hago por Lion.
—¿Cómo fue que Lion y tú se conocieron? —me preguntó una de las amigas de la estúpida novia, digo, la novia.
—Lo siento, pero no tengo ánimos de hablar de eso —fingí una sonrisa y me tomé la champaña que estaba en mi copa.
Necesito salir de acá e ir por un trago de verdad, algo que me haga olvidarme de lo que está pasando. Saqué mi celular y tecleé un par de letras.
>¡A U X I L I O!
>¿Qué pasó? ¿Ya mataste a la novia?
>No seas idiota, inventa algo y ven por mí.
>Llego en cinco.
Me sirvieron otra copa de champaña y prácticamente la aspire.
Ver a... Me limitaré a llamarla, esa chica, probándose vestidos de novia es frustrante, más cuando sé que con quién se va a casa es simplemente el amor de mi vida.
—Hola chicas —Clint entró a la estúpida tienda y todas empezaron a babear por él.
—¿Qué haces aquí cuñado? —preguntó ella.
—Vine por Lisa —me señaló y yo me hice la sorprendida—. Vámonos nena —me tomó de la mano.
—Pero debo quedarme acá —fingí no querer irme.
—Ay que lástima, entonces me voy, será para la próxima —apreté los dientes y él sonrió—. Es broma, debemos irnos ya, así que mueve tu sexy trasero fuera de este lugar, me está provocando alergia —se rascó el cuello de forma exagerada y reí.
Me despedí con falso pesar y salí de la tienda con Clint.
—Gracias —le dije cundo me dio el casco de su motocicleta.
—Siempre has preferido a mi hermano, pero también soy bueno, ya date cuenta.