Han pasado dos días más y todo con Lion está como antes o quizás mejor, estos días hemos estado haciendo todo lo que hacíamos antes, pasear por la playa, comer galletas con leche por la tarde, armar rompecabezas de mil piezas durante la noche y terminarlo en la madrugada. Hemos vuelto a la normalidad, bueno, después de lo sucedido siento que algo en mí cambió, ayer vi como Lion y Gemma se besaban y no dolió, fue incómodo, pero no dolió.
Mientras armabamos rompecabezas yo sólo podía pensar en Clint y sus palabras acerca de los rompecabezas.
"Te gustan los rompecabezas, así que deberías saber que ninguna pieza es igual a otra, todas son diferentes y tienen un por y un para qué en la figura."
—¿En qué piensas? —me preguntó Lion mientras pasaba su mano frente a mí cara.
—En lo rápido que cambian las cosas y... los sentimientos —lo vi a los ojos—. Nos acostumbramos muy rápido a las personas, ¿no crees? —ladeó la cabeza a ambos lados.
—Creo que sí. ¿Por qué? —negué.
—Nada —sonreí—. Sólo me puse filosófica.
—Entonces prestamos atención a la película.
—Claro —tomé mi celular y revisé la conversación con Clint.
>Debo salir de la ciudad, nos vemos el día de la boda.
Tres días, faltan tres días para poder verlo otra vez, las horas se me hacen eternas cada vez que pienso en él y todo el tiempo que falta para vernos. Creo que sí me he acostumbrado a Clint, viéndolo bien, es un gran psicólogo, lástima que me haya dejado tan confundida.
Vi a Lion, él me vio a mí y sonrió, yo le devolví la sonrisa.
¿Realmente amo a Lion cómo pensaba?
¿Por qué extraño tanto a Clint?
¿Qué está pasando con mi torpe corazón?
Tengo tantas incógnitas y tan poca cordura para pensar en una respuesta lógica y razonable para ella. Porque sí, Clint es un gran psicólogo, pero creo que me dejó más loca de lo que ya estaba.