♡︎ S w e e t S a t a n ♡︎ [One-shots Studoc]

La bruja

– Ay qué bonito es volar – La melodiosa voz de Stuart junto con el acompañamiento del piano que daba el mismo resonaban dentro del estudio, tan solo iluminado por la luna peculiarmemte brillante esa noche. La música alcanzaba algunas habitaciones, en especial la más cercana , la de Murdoc, era a la que más llegaba aquella canción.

– A las dos de la mañana, a las dos de la mañana~ – Con tal sonido el azabache terminó abriendo los ojos para quedarse unos segundos escuchando ese canto antes de pararse somnoliento a ver la razón de que su ángel estuviera despierto tan tarde, concretamente alrededor de las dos de la mañana.

– Subir y dejarse caer, en los brazos de una dama, en los brazos de una dama, hasta quisiera llorar ay mamá –

– ¿Quién es esa dama eh? – El peliazul dejó de tocar abruptamente al escuchar a Murdoc, no oyó la puerta abrirse, ¿Cuánto tiempo estuvo ahí?, Aunque apenas y había empezado a cantar.
– ¿Ya no me quieres? – Murdoc hizo un puchero falso en cuanto Stuart volteó a mirarlo desde al banquillo frente al piano.

— ¡¿Qué?!, ¡Claro que no!, Digo, ¡Claro que sí te quiero! — Stuart agitaba sus manos nervioso, "¿Hice algo mal?".

– Jaja – Murdoc se acercó a su amado e implantó un beso en su frente – Yo también te quiero – Seguido de eso se acercó al interruptor de las luces.
– Pareces Edward Culo tocando así, prende la luz – Los ojos de ambos se entrecerraron un rato mientras se acostumbraban a la luz.

– Ahora si, ¿Es una nueva canción?, Si es así ¿Quién es esa dama?, ¿Me estás engañando?, Porque si lo haces vas a valer pito – decía Murdoc tranquilo mientras agarraba un banco y lo ponía frente a Stuart.

– Cla-claro que no te engaño, Nunca lo haría, y no... No es una una nueva canción, Noodle me la mostró hoy y me gustó –

– No cabe duda que tiene buenos gustos, ella es... ¿Como dice Russel? – Desviaba los ojos al techo tratando de recordar.

– ¿Alma vieja en cuerpo joven? – respondió Stuart

– Exacto – Chasqueó los dedos al momento de decirlo.
– Como ha crecido, ¿No?  si ahora intento cargarla me rompo la espalda – Murdoc soltó una leve risa mirando a su pareja.

– Ya no se deja peinar por mi – Hizo un puchero de broma – Ahora ella es quien me peina – soltó una risa al igual que Murdoc.

– Si... Bueno, dejemos de hablar de que nos hacemos viejos, ¿Qué tal si sigues tocando? – Murdoc se sentó como niño bien y espero el "ok" del peliazul.

– Ok, lo haré – Stuart se acomodó en el banquillo y comenzó a tocar la canción desde el principio, aún después de tanto tiempo la presencia de Murdoc viendolo tocar le ponía nervioso, pero no porque le temiera a que lo reprendiera por no hacerlo bien, ahora era distinto, ahora le daban nervios porque quería darle lo mejor, era su pareja y quería mostrarle todo lo bueno de él.

– Me agarra la bruja me lleva a su casa, me vuelve maceta y una calabaza, me agarra la bruja me lleva al cerrito me sienta en sus piernas me da de besitos – Murdoc lo miraba tocar, sus delgados dedos recorriendo cada tecla del piano, su voz, su hermosa voz.

– Ay dígame ay dígame ay dígame usted, ¿Cuantas criaturitas se ha chupado usted, ninguna ninguna, ninguna ¿No ve? Yo ando en... – ¿De cuántas maneras se puede chupar a alguien?, Se preguntaba Murdoc, el obviamente le encuentra el doble sentido a todo.

– Ay me espantó una mujer, en medio del mar salado, en medio del mar salado, ay me espantó una mujer ay mamá, porque no quería creer lo que me habían contado,
lo de arriba era mujer y lo de abajo pescado ay mamá –
¿Ya le había dicho cuánto lo amaba?, ¿Ya?, Pues no es suficiente, "te amo Stuart".

– Yo ando en pretensiones... de chuparme a usted – Terminó de tocar, se quedó un rato mirando las teclas y volteó a ver al Azabache.
– ¿Te gustó? – Murdoc lo miraba estoico, lo que preocupó a Stuart de que no le haya agradado. En eso momento Murdoc se levanta y camina hasta su amado, lo rodea con sus brazos.

– ¿Murdoc? – El peliazul recibe un intenso beso en los labios, cálido, recorfontante y de esa forma sabe que le encantó.

– Lo amé, casi tanto como te amo a tí – Stuart se encendió como un fósforo al escuchar eso, era un hombre de cuarenta años actuando como colegiala, y eso a Murdoc le parecía de lo más adorable.

– yo- yo también te amo Murdoc – Levantó la mirada y le vió a los ojos, esos extraños y hermosos ojos.

– ¿Ahora que te parece si me llevas al cerro y me chupas hasta el aliento? – Lo tomó de la muñeca jalandolo hacia la puerta del estudio.

– ¿Y después tú a mí? – Murdoc apagó las luces, salieron y cerraron la puerta tras de ellos dirigiendose a la habitación más cercana.

– Claro, después a tí –

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Me he empalagado, no sé qué hice.
Definitivamente no me gusta el resultado.

Tengo una muy buena relación con esta canción desde que tengo uso de razón.
Las versiones que más me gustan son esta, la de Lila Downs, Flor Amargo y Son Moreno. No sé, veanlas si quieren, no pierden nada :).