Breaking Stereotypes II

587 100 6
                                    




Para Jonghyun nunca había sido un privilegio el vivir en La Torre SM, de hecho peleó con sus padres algunas veces para que lo dejaran independizarse en una comunidad normal y corriente. No hace falta decir que sus padres se negaron rotundamente a dicha propuesta, alegando que, debían cuidar su imagen y por lo tanto, su hijo mayor no podía vivir en cualquier arrabal.

En pocas palabras, si Jonghyun deseaba vivir sólo entonces debería hacerlo dentro del edificio que sus padres dirigían.

No había otra forma.

Quizás por eso al joven Alfa de veintiún años no le importaba romper algunas normas dentro del edificio. Si de todas formas no tendría ningún castigo, ¿Para que molestarse en seguir las reglas?

En ese momento, se encontraba caminando hacia una de las salidas de la edificación, pasando por el lobby y aunque podía sentir la mirada de algunos Omegas sobre él, mirándolo interesados, para él este tipo de acoso se había vuelto cotidiano y ya no le molestaba.

No obstante, a medida que se acercaba a la salida que daba al estacionamiento del lugar, sintió como algunas voces y sonidos de objetos chocando entre sí se empezaban a escuchar.

No le tomó importancia e iba a seguir su camino hacia su precioso y amado Lamborghini Huracán blanco.

Entonces un aroma peculiar golpeó su nariz, provocando que ésta se moviera repetidamente y empezara a olfatear con más intensidad el aire que circulaba, descubriendo que el olor se le hacía conocido.

Gardenias...

Abrió los ojos sorprendido cuando finalmente reconoció dicho aroma, deteniendo su andar en seco y buscando con la mirada el lugar de donde provenía el olor.

Hasta que lo encontró.

No muy lejos de él, se encontraba un pequeño camión de mudanzas, con algunos sujetos cargando diferentes tipos de cajas. Sin embargo, la atención de Jonghyun solo caía en el chico pelirrojo que dirigía toda la acción.

Justo en ese momento las miradas de los dos conectaron, haciendo que el otro Alfa también se sorprendiera al ver al imbécil del otro día en su mismo edificio, aunque supo manejar su expresión facial, ignorando al idiota inmediatamente.

Jonghyun por su parte no podía creer la magnitud de su mala suerte, especialmente cuando una ráfaga de viento sopló, trayendo consigo el olor intensificado del otro chico. El pelinegro pudo sentir como su Alfa empezaba a ronronear y a menear la cola, fuertemente atraído por ese aroma a flores que tenía a penas metros de distancia.

Y eso estaba mal.

Eso estaba muy mal.












—¿Quién es el nuevo inquilino?— la recepcionista del hotel saltó en su asiento debido al abrupto golpe que recibió su escritorio.

Al alzar la vista y observar la imponente figura de Kim Jonghyun no pudo evitar sentirse nerviosa.

—S-Señorito Kim, sabe que es política de la torre no dar infor...

Pero antes de que pudiera continuar Jonghyun enarcó una ceja mirando a la pequeña Omega con una sonrisa encantadora, haciendo que la chica se pusiera aún más nerviosa por la fuerte presencia del Alfa.

—Yoona, sé que eres nueva y aún no entiendes muchas cosas...— dijo tomando un mechón de pelo de la chica entre sus dedos —Pero creo que no deberías hacerme perder el tiempo, no sería muy conveniente para ti— completó.

La chica tragó en seco, sus ojos abiertos por el pánico. Muchas veces le dijeron que tuviera cuidado con el "encantador" Alfa hijo de los dueños, pues éste en realidad tenía muy mal carácter. No quiso creerlo, sin embargo.

Evitando su mirada a la del Alfa, digitó algunas teclas en su ordenador, hablando justo después de que en su pantalla apareciera la información que había solicitado: —Kim Kibum, primer y único hijo Alfa de la manada Kim, una manada de zorros rojos dueños de la mayoría de tierras de Daegu y de diversas industrias de material textíl. Se hospedará en el domicilio 301 a partir de hoy— declaró.

Jonghyun al escuchar la información asintió complacido, dedicando una vaga sonrisa a la Omega, quien no pudo evitar sonrojarse —Gracias preciosa— y se dirigió a su nuevo destino, aunque antes de salir del lugar, volteó hacia la recepcionista una vez más —Oye Yoona... podría irte muy bien aquí.

Y sin más desapareció de la puerta dejando a una pequeña Yoona confundida y aliviada.

Mientras que ahora, Jonghyun debía poner las cosas claras con el nuevo inquilino.

Breaking Stereotypes [Jongkey]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora