Capítulo #005| Enciérrame.

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POV Madison

Murmuro dormida al escuchar una sinfonía en la lejanía, la melodía irritable de la alarma que todas las mañanas me arruina los sueños.

Bufo al despertar. No recuerdo el momento en el que me quedé completamente dormida. Analizo el entorno, viendo como el sol ilumina toda la habitación a la vez que me destapo con torpeza, estirando los brazos y con todo el peso del cuerpo abandono la cama.

Suspiro aliviada. Las ganas de llorar se esfumaron de mi cuerpo, aunque el dolor y el vacío me siguen atormentando el alma. Gaste cada gota de lágrimas que los ojos pudieran derramar, lo que ahora mismo me hace sentir más tranquila. Al menos más tranquila que ayer.

Entro a la ducha completamente desnuda, abriendo la llave y dejando que cada gota de agua explore todo mi cuerpo. 

Me miro en el espejo luego de secar delicadamente mi piel y enseguida comienzo a vestirme con el outfit que elegí hace unos minutos

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Me miro en el espejo luego de secar delicadamente mi piel y enseguida comienzo a vestirme con el outfit que elegí hace unos minutos.

No es una de mis mejores piezas pero es ideal para estar casualmente presentable. Esta conformado por una falda corta de color negro y una simple blusa blanca. Nada extraordinario que pueda presentarse en una pasarela.

Termino de retocar los detalles del maquillaje y con poca motivación me dirijo a complacer al estómago.

Sonrío al llegar a la cocina y ver a Zac hablando por teléfono, me acerco a su posición depositando un cálido beso en su mejilla, acción completamente planeada para robarle la taza de café. Lo miro sosteniendo la taza mientras que me alejo de la cocina. Por otro lado, mi madre está sentada en la sala con toda su atención puesta en la pantalla plana. Me acerco a ella sentándome a su lado a la vez que le doy un sorbo a la taza de café recién preparada.

Reacciono asqueada al llevar el liquido a mi boca. — Tiene azúcar... —, ella me mira de lado.

— Buenos días hermosa —, me da un beso en la mejilla.

Frunzo el ceño saboreando el asqueroso líquido. — Buenos días... —, fijo mi vista en la pantalla, tomando nuevamente un sorbo de café.

Limpio mis labios. — Agg...

Se asombra de mi actitud. — ¿Qué pasa? —, sonríe confundía.

— Tiene azúcar...

Levanta las cejas confundida. — ¿Ahora te gusta?

Niego sorprendida. — No... Se la robe a Zac...

Al entrar a la cocina a preparar mi desayuno, pude notar que los gabinetes están llenos como solían estarlo antes. O al menos con lo necesario para sobrevivir estas semanas.

Sonrío al igual que mi madre, ambas estamos viendo nuestro programa favorito Los Simpson, hasta que se escucha como la puerta principal se abre y en cuestión de segundos Nicholas llega al arco de la sala mostrando una sonrisa. —Buenos días señoritas. —, habla mientras camina en nuestra dirección.

Saluda a mi madre con un beso en la mejilla, repitiendo conmigo esa acción. —¿Helena? —, cuestiono llevando la taza a mi boca.

— No se... creo que sigue dormida. —, responde con poco interés al dar la vuelta, dándome la espalda al avanzar por el salón en busca de su alma gemela. Me levanto del sofá y caminó siguiendo su rastro por los pasillos.

Zac sigue en llamada pero esta vez su tono de voz transmite distintas emociones, siendo la frustración la mayor de éstas, además de reflejar un semblante preocupado. Dejo la taza en el lavaplatos y vuelvo mi atención a él.

— ¿Cómo vamos a hacer esa estupidez?, sabes perfectamente que nunca haríamos algo así.

Lo miro confundida tratando de escuchar la voz que se escapa por los parlantes. — No sé de que hablas... —, murmura firmemente.

Mira de reojo a los presentes. — ¡No!, déjanos en paz maldita sea ya hicimos lo que pediste. —, cuelga la llamada.

Deja caer su mano en el hombro de Zac. — ¿Qué ocurre hermano? —, pregunta Nicholas con preocupación.

Responde asombrado. — ¡Hijo de puta! —, sonríe nervioso. — Amigo, nos la hicieron... Era toda una farsa, las cajas no contenían la cantidad que pensábamos, era mentira. Una excusa para sacarnos de su camino ya que su amigo no está vivo.

Se levanta del taburete y vuelve a fijar su vista en mi persona.

Suspira. — Toma tienes que protegerte. —, seguido de sus palabras toma mi mano y en ella deja una ametralladora MP5 que escondía detrás del refrigerador.

Lo miro asustada. — Carajo... ¿Qué pasa?

Agarra mi rostro con ambas manos. — Solo prométeme que vas a protegerte. —. Cruzamos miradas, seguido de esconderme en un abrazo.

«Prométeme que vas a estar bien...»

Rompe el abrazo dejando un beso en mi frente, — No estoy muy seguro pero lo más probable es que tengamos una visita. La conversación no fue muy agradable y sinceramente no se lo que va a ocurrir.

Sonrió nerviosa. — Cómo... ¿A que te refieres? —, mueve su cuerpo en dirección a la puerta principal.

Mi madre se une lentamente a la conversación. — ¿Qué ocurre Zac? —, cuestiona caminando en su dirección.

Él se acerca a su odio, seguido de darle un abrazo. Ella automáticamente lo mira decepcionada. Me percato que la preocupación domina su cuerpo y enseguida se acerca a mí temblando. — ¿Qué hicieron mamá?, ¿Cómo no se de estas cosas?...

Fija su mirada en mí. — No quería involucrarte más de lo que ya estas, tu padre creó un infierno en el paraíso que construimos juntos... Arruino todo dejando que ese infeliz se acerque a su familia.

Suspira. — Hice lo correcto para salvarlos. — Zac se acerca a nosotros, — Necesito que me perdones hija y confíes en mí.

Mira a Nicholas. — Estará todo bien, solo tenemos que salir de esta situación.

Nicholas no demora en reaccionar frente a la señal que le dedica Zac. Rápidamente agarra mi cuerpo como un costal de papas y sin permitirme algún movimiento. — ¿Qué pasa?, ¡Qué mierda haces! —. Mis pies comienzan a ejercer presión, intentando inútilmente liberarme de su agarre.

Mis ojos se llenan de lágrimas al ver que en cada segundo me alejan mas de ellos. — ¡Mamá!... Por favor no... Déjame protegerte.

Camina rápidamente por los salones hasta que finalmente toma mis manos a la fuerza y me baja de su hombro. Lo miro confundida viendo como él solo se digna a besar mi frente con delicadeza para luego chocar mi pecho con sus manos. Me obliga a entrar al sótano con un repentino empujón.

Me dedica una última mirada al cerrar la puerta y apagar la luz desde afuera.
— Confía en nosotros... —, suelta antes de que sus pasos comienzan a alejarse.

No puedo moverme. Estoy complétame perpleja sintiendo como la ansiedad esta empezando a controlar mis impulsos.





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⏰ Última actualización: 2 days ago ⏰

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