Goth

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Después de lo ocurrido Reaper le pidió a Ink que cuidara a su hijo por unos días más mientras pensaba en cómo darle la noticia, cosa que al pequeño Goth le alegro mucho por tener más tiempo para jugar con Pallete.

Al llegar a casa días después no encontró a nadie, la casa que el pintor le hizo a su mami Geno estaba completamente vacía y tenía un aire de tristeza y soledad, eso le dio miedo, grito llamando a sus padres desesperadamente, pero nadie vino.

Normalmente pensaría que sus padres fueron a visitar a algún Au y se quedaría a esperarlos tranquilamente viendo tele en la sala pero esta vez no, tenía un sentimiento extraño que le decía que algo estaba mal, conforme pasaba el tiempo se sentía cada vez más desesperado y con miedo, solo deseaba que fuera mentira, que fueran ideas suyas y que nada malo haya pasado en realidad.

Abrió un portal a Reapertale esperando encontrarlos ahí, al entrar encontró a su padre hablando felizmente con una versión de Toriel que no conocía, por su aspecto parecía pertenecer a ese Au pero hasta donde el sabia ella estaba muerta, se sintió más calmado. Sin pensarlo dos veces se acercó a Reaper y este al verlo paro su conversación, su sonrisa se borro y sus cuencas quedaron completamente negras.

-hola papa, yo fui a la casa pero no estaban y como tardaron tanto vine hacia acá a buscarte...

-anda y espérame allá.

-pero acabo de llegar y bueno no me la has presentado y tampoco veo a...

-e-ella es Toriel- se apresuró a decir para cambiar el tema- aunque eso ya deberías de saberlo, ella es la diosa de la vida, de aquí, de mi AU.

-pero ¿no estaba muerta?

-costo mucho pero pudimos traerla de vuelta, también volvió Gaster y los demás dioses, luego te los presentare- Goth miro dudoso a la diosa quien le respondió con una linda sonrisa.

-hola Goth, tu padre me ha contado sobre ti, eres un niño muy lindo y grande.

-gracias señorita Toriel y ¿dónde está mama? ¿Se fue con el tío Error?

-no, por favor espérame en la casa- le respondió fríamente.

-pero quiero verlo.

-haz lo que te digo, hablaremos allá.

-¿¡donde esta!?

-Goth he dicho...

-¿¡DONDE ESTA MI MAMA!?- grito casi al borde de las lágrimas.

Todo se quedo en silencio, la diosa Toriel observaba la escena preocupada mientras padre e hijo se miraban seriamente esperando una respuesta.

-... Goth, Geno esta... el no... Geno ya no está aquí.

-¿qué? ¿q-que quieres decir? ¿Dónde está? ¿A-a dónde fue? Lo necesito, quiero verlo.

-Goth entiende- intento calmarlo, se arrodillo para estar a la altura del menor- él no puede venir, ya no está con nosotros, no está en ningún Au.

-pero p-pero yo lo quiero...quiero ver a mi ...

-¡Geno murió!- le grito ya desesperado su padre interrumpiendo sus palabras- ¡eres mi hijo, actúa como tal! La muerte no es algo nuevo para ti Goth, has visto miles y esto en algún momento tenía que pasar.

El pequeño Goth estallo en llanto, muchas cosas pasaban por su mente, Toriel apenada tenía ganas de ir a abrazarlo pero temía que el niño tuviera los mismos poderes que el mayor, se asustó más al ver que un aura oscura lo empezó a rodear, solo pudo arrodillarse a su tamaño e intentar calmarlo hablándole pero él no la estaba escuchando.

Lo que decía Reaper era verdad, todos los días veía a distintos seres morir y no le afectaba, incluso ya se había llevado el alma del algunos él solo, estaba acostumbrado pero ¿Por qué esto lo afectaba tanto? Claro, se trataba ahora de la muerte de su madre, una de las personas a quien más amaba.

Arto de escuchar la voz de la diosa empezó a gritar, en su mente no encontraba respuesta a lo que hizo su padre- ¿¡Por qué lo hiciste!? ¿¡Por qué!? Se supone que tú lo tenías que cuidar, que no te lo llevarías ¿POR QUE LO MATASTE?

Reaper no pudo contestar, solo aparto la mirada sin saber qué hacer, buscando alguna solución que por suerte llego, una débil luz apareció, la mariposa blanca que lo había estado persiguiendo salió de la nada y empezó a volar al frente del pequeño el cual al verla como por arte de magia dejo de llorar y sin saber por qué una pequeña sonrisa apareció en su rostro aun mojado por las lagrimas

La diosa prefirió alejarse para que ese fuera un momento de padre e hijo.

Estaban solos en completo silencio, sentados un círculo de pasto y flores marchitas, contemplando el movimiento de las alas de una pobre mariposa que por alguna razón los llenaba de tranquilidad.

Una triste promesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora