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Maratón (5/5)

***

Jisung sabía que una persona podía esconder tales sentimientos tan horribles como la angustia y la tristeza bajo una fina capa de felicidad bien fingida; pues él había sido una de ellas. Pero lo que nunca se iba a imaginar era que Minho pertenecía a ese grupo tan lleno, y sin embargo tan vacío.

Sabía que algo andaba mal con su pareja desde que lo notó tomar aquellas conductas pasadas que él llevaba antes cuando sufría de depresión, cuando había perdido a su familia que era la única fuente de apoyo y compañía que tenía en aquel momento.

Sus besos ahora eran más fríos, hasta parecía muerto. A veces hablaba y Minho parecía en trance, ni siquiera lo escuchaba. Sus manos se movían nerviosamente junto con sus ojos, que observaban cada movimiento de cada persona que pasara frente a ellos, como si tuviera miedo de algo, como si tuviera miedo de las acciones que alguna de ellas pudiera ejecutar. Parecía padecer de ansiedad, incluso se ponía tenso cuando lo tocaban, más si era por debajo de la cintura.

Jisung no quería saltar a conclusiones, pero era evidente que algo le pasaba. Y si estuvo tanto tiempo con el psicópata, se temía lo peor, incluso aunque quisiera con toda su alma que no fuera lo que creía que era, el daño ya estaba hecho y ahora sólo quedaba por repararlo.

- ¡Amorcito di-vi-no~! - saltó en su espalda con pequeñas risitas traviesas, logrando un gran quejido de parte del mayor.

- Bájate, me haces doler la espalda.

- Viejo amargado. - bufó Jisung haciéndole caso y ganándose una mirada ofendida.

- Más respeto, jovencito. - le siguió la corriente y pasó los brazos por su cintura. - Vamos a ver lo que este "viejito" puede hacer.

- Ugh, me haces acordar a Changbin. - y con una risita cerró los ojos esperando un beso pero se comenzó a retorcer en el lugar cuando Minho le empezó a propagar cosquillas por todo su cuerpo. - Ya, ya, para. - el mayor escuchó su risa por unos cuantos segundos más y decidió que era tiempo de detenerse.

- No nombres a ese idiota. - se cruzó de brazos.

Jisung sólo rodó los ojos y decidió poner a prueba su teoría. Quería saber qué era lo que le pasaba a Minho y no lo iba a dejar ir hasta saberlo. Estaba decidido.

- Hyung... ¡hay algo detrás tuyo! - señaló la pared y aprovechó que Minho se dió vuelta para tocar su trasero. Bueno, cada oportunidad había que aprovecharla, ¿no?

Sin embargo, eso no le había salido para nada barato.

El más alto se dió vuelta enseguida con los ojos abiertos como platos y pareciendo poseído lo estampó fuertemente contra la pared, parecía cegado pues ni siquiera lo escuchaba.

En su rostro se leyeron tales emociones como miedo, inseguridad y angustia. Definitivamente algo estaba molestando a su subconsciente.

- ¿Cariño? ¿Bebé? ¿Hyung? ¿Minho? - a pesar de sus intentos por llamar su atención este no parecía volver en sí. - ¡Minho! - lo abofeteó y logró bajarlo a la tierra.

Poco a poco su rostro fue tomando color, aunque respiraba pesadamente como si hubiese corrido una maratón. Estaba inquieto y ansioso y se notaba en demasía.

- ¿Hy- hyung? ¿Qué pasa?

Minho sólo negó y aturdido se giró para irse, pero sus acciones fueron interrumpidas por Jisung, quien lo abrazó por detrás y se apegó a él como si de un osito cariñosito se tratara.

- Dime, bebé... - murmuró preocupado.

- Estoy bien. - su voz se quebró y el corazón del más bajo pareció romperse en tres.

Estúpido (Chat Minsung) 💬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora