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Sé que crees que estás haciendo lo correcto. Atravesar lo que queda del bosque encantado para matar al dragón y salvar a la princesa maldita y a su ciudad, ¿por qué no sería lo correcto? Pero como a tantos que lo intentaron antes de ti, por favor, te lo suplico, por tu bien y el de todos en el reino, da la vuelta. Vete por donde viniste y no mires atrás. Diles a todos que la leyenda está mal, que la ciudad se perdió hace mucho; diles que no hay una bella durmiente.

Todos los que escuchan la historia piensan que exageré. Que ni siquiera tenía motivo para enojarme en primer lugar. Me llaman cruel, despiadada y sanguinaria. Maléfica, incluso. Pero lo que pasó al final no fue culpa mía. No del todo, al menos. Lo que yo le di a esa princesita fue bondadoso a un lado de lo que esa estúpida hada terminó entregándole. Muerte instantánea con posibilidad de ser evadida contra una eterna muerte en vida, ¿cuál habrías escogido tú?

Esa estúpida hada... Por supuesto que no se hizo responsable por la catástrofe que causó. Cuando vio que su contra hechizo no funcionó como quería, huyó como todas las otras, dejándome a mí para lidiar con su desastre.

Pero no me crees. ¿Por qué lo harías? La princesa era tu prometida, después de todo. Si hay alguna posibilidad de rescatarla, deberías intentarlo, y por eso estás aquí. Ni siquiera te asusta mi voz hablándote al oído.

Hazme caso; tu búsqueda es inútil. No hay princesa que salvar. Nunca la hubo. El contra hechizo la convirtió a ella y a todos los demás en monstruos sin sueño que te arrancarán el cuello con sus propios dientes a penas te tengan a su alcance.

Si regresas y les dices a todos que no hay nada que hacer por la capital será mejor para todos; salvarás la vida de muchos caballeros deseosos de probarse a sí mismos y los monstruos se quedarán para siempre en su lado del muro. Si continúas, te quemaré vivo como a todos los otros.

Entonces, príncipe, ¿qué será?

Todavía tienes tiempo antes de llegar. Déjame contarte una historia mientras tanto.

La rueca y la Bella DurmienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora