1. El maldito despertador.

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_¡Piiiiiiii! ¡Piiiiiiii! _ el maldito despertador sonaba a mi izquierda.

No me apetecía levantarme para nada, pero tenía que ir al instituto. Es mi deber.

_¡Piiiiiiiiiiiiiiiiii! _ volvió a sonar cada vez más fuerte, en crecendo. El sonido infernal se te cuela hasta lo más profundo de tu cráneo y lo martillea desde dentro, en las sienes.

Me giro rápidamente y le doy golpes con el puño cerrado hasta que oigo el <clic> que me indica que la alarma se ha pospuesto hasta el día siguiente. No me apetece levantarme pero saco unas fuerzas invisibles de mi interior para sentarme en la cama.

Un mareo muy fuerte me recorre el cuerpo y unos pinchazos horribles golpean en mis muslos. Agujetas. Una oleada de recuerdos sacude mi cabeza. Ayer entrené con mi hermano. Los dos jugamos a baloncesto ya que somos muy altos. Gabriel, mi hermano, mide 1,90 m y yo mido 1,75, y para tener 16 y 14 respectivamente, pues somos bastante altos.

Consigo sacar pierna por pierna de las sábanas y apoyarlas en el parqué. El contacto con el suelo frío alivia mis doloridos pies. Miro el despertador.

_¿¡Queeee?!_ abro los ojos como platos y pestañeo para saber que es verdad. ¡Son las 8:03!

Esto es muy malo, empiezo las clases a las 8:15.

Salto de la cama apretando los puños por el dolor de las agujetas y corro hasta el baño.

Mientras saco el cepillo y me labo la cara me voy quitando el pijama.

_¡Gabiiiiiiiiii!_ así es como le llamo yo, aunque no le gusta. _¡Despiertaaaaa!_ le grito pero no recibo ninguna respuesta.

Corro hacia su cuarto y hay una nota en su cama.

" Tessy, ayer te dije que me iba con amigos a la montaña a pasar el día. Recuerda que hoy es fiesta, no vayas al instituto. Te quiero mechicana."

Me río, no por el hecho de que me haya puesto histérica por llegar tarde siendo fiesta sino porque me ha llamado "mechicana". Hacia tiempo que no me llamaba así. La historia consiste en que estoy delgadita (no anorexica, que conste) y el me llama gorda mechicana porque en un episodio de "American Dad" sale una gorda mejicana que hace creps con sus muñones (no tenia ni brazos ni piernas). Desde ahí empezó a llamarme "gorda mechicana". Y ahora mucho más porque estoy delgadita.

Con sólo la parte de abajo del pijama y pasta de dientes por la boca y la mano derecha me dirijo de nuevo a mi habitación. Mi móvil esta encima de la mesita de noche y mientras intento no mancharlo con pasta, lo enciendo.

El móvil va muy lento así que mientras carga me arreglo del todo. Primero me labo las manos y la boca, me ducho tranquilamente y me peino. Me seco el pelo y lo plancho. Voy a mi habitación para vestirme. Cojo unos jeans grises y una camiseta estampada con la "m" de Monster. Me ato las converse negras y saco del armario de la entrada una beisbolera blanca y negra. Perfecta.

Vuelvo a la habitación con ganas de llamar a Gabi, y noto que algo me agarra por la espinilla. Me tenso al instante al recordar todas las películas de resistent evil a la vez. Después oigo el <Rrrrrr> de mi gato.

_¡Gordiiii, que susto me has dado!_ le cojo y le hago cariñitos mientras agarro el móvil y marco a

Gabi.

_ Chaval, como es que no me avisaste que no había clase? _ me rio_ Buena esa la de "mechicana".

_ Te moloo, ¿eh?, tía, que te lo dije anoche, pero creo que te sobaste antes. _ se ríe con muchas ganas y tengo que apartar el móvil de la oreja para que no me explote el tímpano.

Nunca dudes de ti mismaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora