—Me Gusta tu Sonrisa, John.
¡No! ¡No! ¡¿Por qué dije eso?!
Él solo bajó la cabeza, sé que lo intimida un poco que le digan éste tipo de cosas. Así es él... Y así me Gusta que sea.
Lo tomé del mentón para que me mirara, y de paso acaricie su mejilla. Él Tomó mi mano entre la suya y depositó un besito en ella. —Te quiero, ___________.
Suspiré y sonreí. —Y yo a ti, John...
Se acercó un poquito más a mí, haciéndome encoger más mis piernas para darle espacio. Metió su mano entre mi cuello y mi cabello, y puedo jurar que sentí una corriente eléctrica avanzar por todo mi cuerpo.
Me acercó un poco más a él, solo un poco... Lo suficiente para dejarme ver los potentes tonos azules y verdes que guarda en los ojos. Son perfectos, al igual que él.
Y Nuevamente pasó.
Y digno Nuevamente por qué estoy segura que lo que pasó anoche... No fue un sueño. Estoy segura de que si pasó. Puedo recordar cómo se sentían sus labios en los míos... Y se siente exactamente igual que ahora. Entonces no fue un sueño.
Me tomó de la cintura y me acercó más a él, tal y como lo hizo anoche.
Yo lo dejé seguir... Realmente no quiero que éste hombre dejé de besarme. Ni ahora, ni nunca.
Lo tomé de la camisa y profundicé nuestro beso, al grado de que tuvo que tomarme más fuerte de la cintura para no irnos hacia atrás.
Y simplemente, pasó por mi cabeza hacer lo que hice. Y la verdad, no me arrepiento de nada. Éste chico fue el amor de mi vida desde que nací, así que estoy completamente segura de lo que estoy haciendo, y no me importa quién quede por debajo de nosotros... Ni Roger, ni Verónica.
Comencé a deshacerme de los botones de su camisa poco a poco, y pude sentir su sonrisa en medio de nuestro precioso beso.
—¿Estás Segura?
Asentí repetidas veces. —Si... Por qué es contigo.
Fue el único pasó que tuve que quitar para poder hacerlo. Me acerqué nuevamente a él y lo Jale del cuello hacia mí, haciendo que cayeramos en la cama.
Metió sus manos dentro de mi camiseta con miedo, como si yo fuera una muñeca de porcelana que puede romperse en cualquier momento.
Me quitó la camiseta de un movimiento rápido, y se me quedó mirando por unos cuantos segundos. —Qué Hermosa eres... Roger tiene mucha suerte...
Le acaricié la mejilla. —Roger no existe ahora... Olvídate de él, y de Verónica... Y de todo el mundo.
Me sonrió, y eso me dió la confianza para seguir adelante.
Desabroché su cinturón y sus pantalones, después me levanté un poco de la cama para quitar mi sujetador... Y ahí estaba yo. Frente al amor de mi vida.
Sus besos en mi cuello me subieron hasta el mismo cielo... Y la manera en la que fue conmigo solo me hizo enamorarme más de él. Creo que nos dimos cuenta un poco tarde, pero no importa... Ya estamos aquí, estamos juntos, y eso es lo que importa ahora.
Fue lento, y tierno... No les daré muchos detalles, lo siento... Esto se queda solo conmigo para siempre.
Soy ____________ Monroe. Y estoy enamorada de John Deacon...
