With lots of love, to my special girl Shineesyoo, i love you. <3
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Con una sonrisa que mostraba sus blanquecinos dientes, comenzó a dar saltitos y soltar leve risitas, contagiando su alegría a su amiga.
ㅡ ¿Por qué tan contenta, Ryu?ㅡ cuestionó Chaeryeong, caminando al lado de su inquieta amiga.
ㅡ ¿Por qué no habría de estarlo?ㅡ preguntó de vuelta, alzando ambos brazos en dirección al cieloㅡ ¡Es un bello día!
La menor arqueó una ceja sin estar convencida y luego soltó una ligera risa.
ㅡ No puedo creerlo, Yuna tenía razón...ㅡ murmuró con diversión.
Ryujin detuvo su paso y miró interrogativa a la más alta.
ㅡ ¿De qué hablas?
ㅡ Yeji te tiene comiendo en la palma de su mano.ㅡ dicho esto, rió entretenida y volvió a hablar cuando vio que la mayor estaba por replicarㅡ Y no lo niegues, todo el tiempo estás babeando por ella.
ㅡ Tampoco taaaan asíㅡ dijo en respuesta, continuando con su caminar y siendo seguida por la contrariaㅡ De todas formas, no es mi culpa de que Yeji sea preciosamente tierna y una de las chicas más lindas que he visto en mi vida.
Luego de escuchar sus palabras, Chaeryeong rodó los ojos a la vez que reía. Ya había pasado un mes desde que su mejor amiga comenzó a trabajar en la tienda y, desde entonces, no había día en que Yeji no fuese tema de conversación, aún que sea una mínima mención de ella se hacía presente siempre que hablaban con Ryujin.
Pero si era sincera, y a diferencia de Yuna, ella no se quejaba de escucharla. Más bien se alegraba de ver cómo los ojos de la mayor comenzaban a brillar con emoción y su sonrisa se volvía más frecuente y reluciente con el paso de los días.
Si Yeji significaba la felicidad de Ryujin, entonces ella se sentiría contenta.
ㅡ ¿Cómo es ella? ㅡ preguntó luego de un ratoㅡ Es decir, siempre me dices que es muy linda, bastante tierna y que se avergüenza con tus acciones, pero no sé como es su personalidad.
Luego de la explicación de la castaña, Shin apretó sus labios de forma pensativa.
ㅡ Es tímida...ㅡ contestó simpleㅡ Demasiado tímida, por eso mismo es que acercarse a ella se vuelve tan difícil pero realmente no me importa, su timidez la hace un encanto.
Al acabar de hablar, esbozó una sonrisa con cariño al recordar como Yeji la miraba siempre avergonzada, con ese rubor en su cara que la hacía lucir más tierna.
ㅡ Realmente esa chica te tiene malㅡ comentó, deteniéndose frente a la casa de la mayor.ㅡ Aún es muy temprano para que vayas a tu trabajo, ¿no quieres que me quede un rato contigo?
Al escuchar a su amiga negó, agradeciéndole a su vez por su consideración.
ㅡ Sólo iré a cambiar mi atuendo para ir al centro comercialㅡ avisó caminando hasta la puerta y comenzando a buscar sus llaves.
ㅡ ¿Pero no es demasiado temprano?ㅡ la menor la miró entre confundida e intrigada.
ㅡ En teoría lo es, pero quedé de verme con Yeji antes para ir a comerㅡ sonrió ampliamente al mismo tiempo que abría su puertaㅡ Nos vemos otro día, ¡adiós Chae!
ㅡ ¡Suerte, Ryu!ㅡ alcanzó a escuchar Ryujin por parte de la más alta antes de ella desaparecer de la vista de ésta.
Subió a su habitación emocionada y, una vez estuvo allí, comenzó a sacar y dejar sobre su cama variedad de prendas de su armario.
Se miró por completo en su espejo, paseando su vista de pies a cabeza. La simple idea de ir a comer con la chica que últimamente la tenía suspirando y sonriendo como boba la ponía un tanto nerviosa. De hecho, y si era sincera, nunca esperó que la mayor aceptase en ir con ella y tal vez no era una cita, pero estaba más que satisfecha con solo haber recibido una respuesta afirmativa.
Un conjunto, dos, tres y para cuando se probó el sexto se sintió a gusto de su aspecto.
Sabía que no era necesario el preocuparse tanto de su vestir, pero no iba a negar de que quería verse bien. Tal vez así podía despertar un mínimo de interés por parte de Yeji... O eso quería pensar.
Sonriendo por una última vez, se dio media vuelta y tomó sus pertenencias para salir apresurada puesto a que se había demorado más de lo que planeaba.
Camino al lugar, le fue inevitable no sentir demasiada felicidad la cual se unía con sus nervios. Era impresionante la cantidad de emociones que le podía brindar esa chica. Y ni hablar cuando estuvo ahí y la vió de pie a unos cuantos metros, apartada de todo y dispersa.
Shin sintió su pulso acelerarse y, luego de haber quedado por un par de minutos embobada admirándola, se decidió por acercarse algo insegura.
Sin duda era increíble el efecto que tenía Hwang Yeji sobre ella.
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