Capitulo I

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—Vamos, abre bien las piernas

La voz rasposa y el fuerte olor a alfa excitado hizo que se terminara por despertar, y en ese momento sintió un escalofríos recorrer por todo su cuerpo.

Había sido vendido, ahora era un mero juguete sexual. Tampoco podía hacer algo ya que él tenía la culpa de todo.

— ¿Qué pasa cariño? Debo probar la mercancía antes de venderla— Una nueva oleada de feromonas llego a su nariz y sintió repugnancia.

Él era omega, pero nunca había actuado como uno. Tenía orgullo, poder y valentía.

Pero ese era su pasado, ese era el Genos que había tenido un país entero a su disposición. Ahora sería un esclavo sexual de algún alfa y debía olvidar todo aquello que fue alguna vez.

Sintió las manos del alfa sobre su pecho, lentamente bajaron hacia su entrepierna rozando su miembro para luego tomarlo en un intento de provocar su excitación para que así liberara sus feromonas también.

Si tan solo fuera el mismo que antes, ya hubiese destrozado la cara de ese alfa. Dejaría en claro que él no era ningún omega débil que dependía de la fuerza de los alfa, él era una persona fuerte y autosuficiente.

Pero no podía mover ningún músculo, iba a ser violado y nadie lo salvaría.

En el momento que sintió los dedos del alfa acariciando su entrada a pocos segundos de profanar su cuerpo, cerro sus ojos aceptando su destino.

Pero en ese instante una nueva persona entro a la habitación. Una breve pelea se desato en el lugar, vio sombras borrosas ante sus ojos. Y antes de caer en un profundo sueño sintió una calidez que lo cubría.

—Yo lo protegeré, amo.

Cerró sus ojos, esperando que todo sea un mal sueño. Pero él sabía que no era así, todo había sido su culpa.

Pero aún no lo entendía completamente ¿Cómo había terminado así?

El mundo se encontraba dividido en varios reinos que contaban con diferentes maravillas cada uno. El reino del norte poseía paisajes hermosos que era el destino de viaje para cualquier familia noble. El reino del sur tenía la mejor industria de todo el mundo, los llamaban eruditos ya que solo ellos podían inventar objetos que nadie más podría siquiera imaginar. El reino del este era el más temido de todos, tenían el mejor ejército y en más de cien años nadie se había atrevido a luchar contra ellos, su rey era una leyenda viviente y muchas historias se habían creado a partir de él.

El alfa más fuerte del mundo que se había ganado la bendición de los dioses gracias a su increíble perseverancia y esfuerzo. Gracias a él el reino del este parecía una utopía.

El reino del este era todo lo contrario a su reino, el reino que alguna vez había sido conocido por tener a las personas más amables y bellas, ahora era solo un lugar lleno de escombros y personas muertas.

Nacer como omega había sido el primer error que cometió. Su padre el rey Leónidas II era un beta fuerte y con hermosos cabellos dorados que se había casado con la mujer más hermosa del reino, una beta de largos cabellos negros y ojos dorados.

Ambos habían tenido problemas para concebir, aguardaron por muchos años a su amado hijo. Y cuando lo tuvieron había sido un omega rubio de ojos dorados, el ser más hermoso que alguna vez hubiesen visto.

Pero nadie podía saber que ese hermoso niño era omega, ningún omega podía reclamar el trono y ellos sabían que no tendrían otro hijo.

Genos era la bendición que los dioses le otorgaron y no podían permitir que lo lastimaran.

Consorte realDonde viven las historias. Descúbrelo ahora