Alex Høgh Andersen is The Type of...

Imaginas/05.

"El extraño"
Prt. 1

Eran las siete de la mañana y caminabas apresuradamente hacia el garaje en busca de tu coche.

Querías llegar cuanto antes ya que aún era de noche y no te fiabas de caminar sola por esos lugares.

El barrio que habías elegido no era un sitio muy seguro. Pero era lo único que podías permitirte en esos momentos.

Habías empezado una nueva vida lejos de tu familia. En un nuevo país y con una nueva identidad. Y esto último no tenía nada que ver con que las autoridades te buscaran, simplemente estabas cansada de tu antigua yo y querías empezar de cero.

En las pocas semanas que llevabas viviéndo allí conseguiste un trabajo a media jornada en una hamburguesería, unos cuantos kilómetros lejos de tu casa, de ahí que tuvieras que coger el coche.

Estabas contenta, aunque apenas llegaras a fin de mes con esa estafa de sueldo.

Sacáste las llaves de tu mochila volviéndo a cerrarla rápidamente. "Cof cof" te había parecido oír.

"¿Diga?" Preguntáste algo extrañada. Aunque enseguida entraste en tu coche, cerrándo las puertas con seguro.

¡Diablos, no pensabas quedarte allí! ¿Y si era algún idiota que intentaba robarte o algo peor?

Arrancaste el coche y tan pronto como las luces de este se encendieron te llevaste el susto de tu vida.

Un hombre, alto y despeinado se había puesto delante del coche. "¡Mierda!¿Y este chalado?"

Bajaste la ventanilla intentando llamar su atención, sin mucho éxito. Parecía que estaba borracho...o drogado.

"¡Eh tú, oye!" Llamaste sin atreverte a bajar."¿Puedes quitarte de delante del coche? Si no lo haces pasaré por encima tuya."

Evidentemente no pensabas hacerlo. Pitáste un par de veces a ver si se espabilaba y captaba los mensajes, pero en su lugar se desplomó encima del capó.

Saliste apresurada para atenderle. Se había desmayado y no podías dejarle tirado.

Como pudiste, le metiste en el coche y ya adentro los dos observaste a tu acompañante.

El chico era de tu edad, quizás unos años más mayor, con el pelo castaño desordenado, labios rosados y piel bronceada.

"Mmh."gimió moviéndose inquieto en el asiento. Quizás despertaría, sin embargo, no tenías tiempo para prestarle atención. Debías deshacerte de él, pero no sabías cómo.

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