"El extraño"
Prt.2Como bien habías planeado, el chico descansaba plácidamente en tu sofá.
Durante el trayecto hacia tu apartamento, pues le habías llevado en coche ya que acuestas era imposible, pensaste en qué hacer con él.
¿Quién era? ¿Qué hacía en el garaje tan desorientado? Ni siquiera lo sabías y el joven no llevaba cartera.
Miles de preguntas surcaron tu mente, pero la que más te preocupó fue ¿Qué hago con él si no sé dónde está el hospital?
Desde luego era un problema, así que al final, decidiste llevarle a tu apartamento arriesgándo tu vida.
Y sí, así lo sentías.
Durante las horas que el joven llevaba durmiendo, no te separaste mucho de la puerta que digamos.
Tu boca soltó un chillido al ver cómo se reincorporaba en el sofá. En un momento se miró las manos, luego la pared y lo siguiente que hizo fue conectar su mirada con la tuya.
Un par de ojos azules, tan azules como el cielo aquella mañana, te dejaron sin habla.
El extraño se te hacía vagamente familiar.
"¿Q-quién e-eres?" Cuestionó sin dejar de mirarte. "No, ¿quién eres tú y qué hacías en mi garaje?" Inquiriste.
El chico, que bien podía medir cerca de un metro noventa, se acercó lentamente a ti con cara de disculpa. "L-lo siento mucho, ¿pero...sabes qué ha pasado?"
Le miraste perpleja y negaste con la cabeza."Solo sé que te encontré moribundo en el garaje, lo demás es cosa tuya."
A medida que tus palabras llegaban a sus oídos su cara enrojecía. "Dios...¡maldito imbécil!" Exclamó, exaltándote en el acto."De verdad lo siento mucho, no sé que ha pasado, pero por lo visto te he dado problemas."
"¿Puedes decirme la dirección de este sitio? Necesito llamar a un amigo." Pidió cortésmente. Enseguida se la daste, pero su expresión cambió al no encontrar sus pertenencias."¿Y mis cosas?"
Te encogiste de hombros en respuesta."No me jodas...¿no las tienes tú?" Dijo mirándote acusadoramente.
"¿Acaso debería tenerlas? Cuando te recogí ibas sin nada." Explicaste algo molesta.
¿Qué se creía?
"Bueno, es igual, yo me largo." Anunció haciéndote a un lado para abrir la puerta. "¿A dónde crees que vas?" Dijiste con sorna.
La puerta de tu apartamento se encontraba cerrada con llave. Y él, lo notó al ver que esta no cedía.
"Vale, ahora el que estoy acojonado soy yo." Admitió mirándote asustado, con la cara más blanca que una pared.
Saltaste en carcajadas al ver su expresión. Te parecía algo ridículo. "¿Acojonado, tú? ¡Pero si soy yo la que ha traido un extraño a casa!"
"Anda no digas bobadas y cálmate." Comentaste ya más tranquila y él pareció relajarse.
"Entonces no piensas matarme." Murmuró más para él mismo. "No y si tantas ganas tienes de llamar, encantada te presto mi teléfono."
Finalmente, tal y como él quería, realizó un par de llamadas y enseguida te devolvió el aparato. Ambos os sentásteis en el sofá, mirándoos sin decir nada, en silencio, el cual se rompió con el toque del telefonillo.
"Bueno, pues supongo que gracias." Dijo caminando hacia la puerta."¿Supones?"
"Sí, teniéndo en cuenta que intentaste secuestrarme..."dijo tranquilo.
"¿Secuestrarte yo? ¡Encima! Es más creo deberías recompersar mi acto tan solidario." Soltaste graciosa. Alex, que esperaba impaciente en la puerta, adoptó una pose pensativa y sin pensarlo mucho contestó: "Sí, creo que tienes razón"
Y sin más, salió de tu casa dejándote con la duda de si lo decía enserio. Tampoco te hizo falta pensarlo mucho, pues días después te llegó una carta.
La abriste sin darle importancia y casi te caes al leer lo que tenía escrito.
¡Era una invitación privada para ver el rodaje en vivo de la nueva temporada de Vikings!
"Para mi extraña salvadora, espero que te guste, ¡nos vemos el martes!"
Atte: Alex Høgh Andersen
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Alex Høgh Andersen is The Type of...
DiversosPrimer libro de Types de Alex en diferentes situaciones + (imaginas/Shots) + reacciones. °historia completa.