{ único }

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Se encontraban en un bar, tomando una que otra copa y bailando sin pare en la amplia pista de baile; celebrando y degustando entre ellos, sólo los dos.

Ya habían pasado unos minutos desde que el reloj marcó las 00:00, siendo ya un día diferente, un día después del cumpleaños número 23 del pequeño rubio.

Compartieron ese hermoso y único momento en un lugar apartado del pequeño bar, casi no se escuchaba el ruido de fuera, lo que les permitió por fin el revelar lo tan deseado.

Jimin...— el pelinegro dió una pequeña pausa para observar directamente a los ojos tintileantes del rubio —Sé que este no es el mejor escenario, pero...

La verdad, al más pequeño le importaba nada dónde estaban, en qué situación, lo que sea que esté pasando fuera. Estaba con Jungkook, y eso era lo que le importaba.

Sus pensamientos fueron interrumpidos por la voz del contrario, quién continuó lo que estaba diciendo.

El como brillan tus ojos, tu aliento, tu calor... hacen palpitar mi corazón.  El sólo pensar en estar a tu lado eternamente, escuchar tu dulce voz al despertarme, al irme a dormir, todo el día. No hay nada ni nadie más que pueda llenar mi vida tal y como tú lo haces. Gracias a ti sé quién soy y lo que quiero ser, me trajiste a la realidad, tu realidad. Y... —

Jimin estaba totalmente conmovido por sus palabras. Aún aguantándose las lágrimas levantó la mirada para encontrarse con los ya cristalinos y oscuros ojos del menor, con sólo esa mirada sabía que todo lo que decía era verdad, que lo que estaba a punto de decir también venía de los más profundos sentimientos del pelinegro.

Park Jimin, yo... Te amo.

Este se lanzó a los brazos del pelinegro al saber que lo que sentía, todo el cariño, aprecio y amor que el menor le causaba cada vez que estaba junto a él. Todas esas emociones y sentimientos eran correspondidos.

El fuerte abrazo que Jimin le dió por el cuello se tornó a un profundo beso lleno de sentimientos, nada a su alrededor les importaba, lo único que podían sentir en ese momento era el suave tacto del contrario contra ellos.

Sintieron como poco a poco  pequeñas gotas de lluvia los cubrían, como cristalinos charcos de agua se juntaban a sus pies. Como las lágrimas de felicidad pura se juntaban con la lluvia y como a pesar de todo la llama entre los dos los protegía del frío transcurso.

Cuando finalmente los dos se separaron, se miraron a los ojos, orbes totalmente transparentes, que abrían una ventana hacia los sentimientos, pudieron estar seguros de que lo único que sentía el uno por el otro era amor.

Un amor al cual le juraron cuidar y avivar, juntos. Porque ahora que sus labios se conocieron, no los dejarían ir tan fácil, y tampoco es que alguno de los dos quisiera alejarse.

êRr0r


Desde esa noche no se separaron, pasaron los días, días que se convirtieron y meses, y meses que se convirtieron en años.

Estaban dirigiéndose a un lujoso restaurante para celebrar el cumpleaños del chico, ahora pelimarrón, que cumplía 25 años; y su segundo aniversario como novios.

Conversaban en el auto animadamente, mientras Jungkook conducía. No había mucho tránsito en la zona por lo que aumentó un poco la velocidad y llegar más rápido a su destino.

El transcurso fue tranquilo, lleno de bromas y unos cuantos piropos que nunca se cansaban de hacer con el otro.

No fue hasta que sólo faltaban unos cuantos metros para llegar al lugar, para sorpresa de ambos, un autobús —con quién sabe cuántas personas dentro— se dirigía a una velocidad increíble hasta donde estaban ellos.

Todo pasó tan rápido, y no tuvieron tiempo para reaccionar.

El autobús se estrelló fuertemente contra ellos, produciendo un terrible sonido que no podía interpretarse como nada bueno.

Todo se volvió borroso desde ese momento, recuerda cómo las sirenas se acercaban cada vez más, como las características luces rojas y azules se hacían presentes. Recuerda como aquella persona tan importante usó sus últimos segundos de vida para dedicarle uno de sus tantos "te amo".


Una pequeña frase con tantas emociones, unas simples palabras de profundo significado. La cual nunca volvería a escuchar como lo hizo esos dos mágicos años.

Muchos fallecieron en aquel accidente, y muchos otros terminaron graves en el hospital. Milagrosamente, Jimin salió casi ileso. Claro, físicamente, porque por dentro todo su ser estaba muriendo poco a poco.

Jungkook, la primera y única persona a la que amó con todo su ser ya no se encontraba a du lado, y nunca lo volvería a estar. No quería creerlo, se negaba rotundamente a hacerlo.

Fue por así como, un mes exacto después de la trágica noche, estaba de nuevo en el necrópolis donde se encontraba su difunto novio. Se paró en frente de la pulida lápida y recordó.

Recordó todo, como todo empezó y terminó en un abrir y cerrar de ojos.

Sintió como poco a poco  pequeñas gotas de lluvia lo cubrían, como cristalinos charcos de agua se juntaban a sus pies. Como las lágrimas de tristeza y aflicción se juntaban con la lluvia y como después de todo la llama entre los dos terminó de extinguirse.

Sin la fuerza de seguir soportando aquel martirio, se quitó la vida ahí mismo, frente al amor de su vida, uniéndose con él aún después de la muerte.

Porque cualquier lugar contigo está bien.
Cualquier lugar junto a ti se siente como aquella primera vez, donde nuestras miradas se cruzaron y sabíamos que eramos de uno para el otro.
Bajo la lluvia, cualquier lugar junto a ti se siente como París bajo la lluvia.

『in the rain』  KookMin OSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora