ᶜᵘᵃᵗʳᵒ

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John simplemente no podía creerlo, era escalofriante y parecía irreal.

El muñeco estaba ¿vivo?

Se acercó a Paul con lentitud y tomó las hojas de reglas y las leyó una y otra vez hasta grabarlas en su memoria.

── ¿Eso es lo quieres, Paul? ── Preguntó el de cabellos castaños esperando a que el muñeco se mueva o diga algo, por más tonto que suene.──  Bien, eso es lo que te daré.

John volvió a levantar el teléfono del suelo y en ese mismo instante, volvió a sonar.

Dejó a Paul en donde estaba y contestó con velocidad.

──  ¿John? Soy Cynthia.──  Se escuchó la voz de la chica detrás del teléfono.

── Sucede algo raro, Cyn. Cuando apenas llegue a la mansión, la señora McCartney me dijo que Paul se había llevado mis zapatos y que era travieso.── Habló John con rapidez aunque aún seguía completamente impactado y algo asustado

──  ¿Estás bien, John? ¿Quieres unos nuevos zapatos?

── No se tratan de mis zapatos, Cynthia.──  Murmuró.

── Ah, John, no entiendo. Hablaba para decir-

── Hablamos luego.──  Se despidió cortando la llamada sin poder creer lo que estaba sucediendo.

# ︴

── Buenos días, Paul.

John hizo toda  la rutina que debía hacer con Paul, ahora sí, siguiendola al pie de la letra. Y es que, ¿quién no las seguiría con todo lo que paso el día anterior?

Lo levantó a las siete en punto, lo cambio perfectamente, hizo de desayunar, coloco música y le leyó. Todo al pie de la letra, tal y como le había  dicho Mary.

Poco a poco, el sol se escondió y John entendió que ya era la hora de dormir para Paul.

Le colocó la pijama y lo acostó en su pequeña camita con sabanas rojas.

──  Creo que hemos hecho todo.── Exclamó terminando de arroparlo.

El muchacho desvió su mirada hasta las hojas de reglas, en especial la ultima: beso de buenas noches.

La ignoro, sí, John ignoro la ultima norma y apagó la luz de la pequeña lampara que iluminaba la habitación.

# ︴

Al amanecer, Cynthia llegó con una carta, osea, la correspondencia y los debidos víveres. Al poco tiempo, se despidió con un beso en la mejilla y un par de miradas hacia Paul.

John dejó las frutas que se encontraba cortando para mirar al muñeco de porcelana que estaba sentando en frente de él.

── Paulie.── Lo llamó acercándose más al de porcelana.

── Paul.── Volvió a llamarlo y acercó el plato lleno de una variación de frutas hacia Paul.── Toma, tu comida.── Susurró desesperado.── Sí hay algún espíritu en la casa, por favor, dame una señal.── Exclamó frustrado y repitiendo lo que había visto en un programa de casos paranormales cuando era un niño.

Lennon se levantó de la mesa, caminó hacia la salida de la cocina, para después volver a acercarse al muñeco.

── ¡Boo! ── Gritó tratando de hacer que Paul hiciera algo, pero era en vano.── Dios, sí es que existes, ¿porqué me hiciste tan estupido?

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⏰ Última actualización: May 20, 2019 ⏰

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