De compras

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La mañana después del entrenamiento con mi kohai fue un desastre. Estuve tan distraída con mis pensamientos sobre Deku y Kaito que no presté atención a las clases. Aisawa-sesei me regañó por no responder luego que me habló cinco veces. Soy un desastre.

Deku se acercó a mí durante el descanso, eso me hizo feliz. Preguntó si me sentía bien, si no estaba enferma, le respondí que no, que me encontraba perfectamente, solo no era mi mejor día, él soltó una pequeña risita, eso me tranquilizó, sentía que su extraño comportamiento del día anterior había desaparecido. El ambiente era tranquilo, relajado, nada incomodo, me sentía tan a gusto con él, como siempre que estábamos juntos. Pero toda esa tranquilidad fue interrumpida.

-Uraraka-sempai – oí que me llamaban desde la puerta, era Kaito que me saludaba desde la entrada del salón y sin que nadie se lo impidiera atravesó el umbral en dirección hacia mí. – Sempai, me alegra haberla encontrado – dijo con una gran sonrisa en su cara.

-Ho-Hola Kaito-kun – respondí algo nerviosa.

-Hola Kaito-kun – Deku lo saludó amablemente, él chico parecía algo sorprendido de ver a su superior, cómo si recién se diera cuenta que estaba a mi lado, pero no por eso dejó de saludarlo con entusiasmo.

-Y dime, ¿a qué has venido? – pregunté al rubio.

-Esto... sempai, ¿podemos hablar a solas? – me dijo con un evidente sonrojo, me di cuenta que el resto del salón estaba pendiente de nosotros, lo que provocó que yo también me sonrojara. Fuera lo que fuera que quisiera decirme me pareció prudente mantenerlo en privado.

-Vamos a fuera, ¿te parece? – él asintió.

Me levanté de mi puesto y miré a Deku directo los ojos, "ya vuelvo" dije, recalcando el hecho de que volvería con él, pareció sorprendido con mis palabras pero asintió en respuesta. Eso me dejó tranquila, yo solo quería ver su cara al regresar. Dejé el salón bajo la mirada de todos, en especial en la de Mina, quién me miraba con ojos pícaros. Odiaba la sensación de que todos estuvieran expectantes de mí, odio ser el centro de atención, en especial de mis compañeros que de seguro saltarían sobre mí con preguntas.

Conduje a Kaito hasta el pasillo, cerca del ventanal. Se veía muy nervioso y avergonzado, lo que me hacía temer que fuera una confesión.

-Esto... - odiaba que estuviera tan nervioso porque eso hacía que también me pusiera nerviosa – Sempai, sé que esto puede sonar raro de mi parte pero... - con cada una de sus palabras mi corazón latía con prisa – pero quería saber si... si me podrías acompañar a comprar un regalo – al escuchar eso solté todo el aire que estaba conteniendo sin darme cuenta.

-¿U-Un regalo?

-Sí, lo que pasa es que está de cumpleaños mi hermana pequeña. Ella va cumplir 13 años y estoy preocupado por su regalo. El otro día peleamos muy fuertemente y ha estado molesta conmigo desde entonces, así que quiero disculparme con ella y comprarle un bonito regalo, pero soy un desastre con ese tipo de cosas.

-Esto... mmm... - me sentía algo incómoda con su petición, pero puso ojos de cachorrito y no pude resistirme - creo que está bien... - acepté, pero tenía la sensación de hacer algo incorrecto.

-¡Gracias! – se mostró sinceramente emocionado.

Nos pusimos de acuerdo en el día y la hora y nos despedimos. Cuando regresé al salón me di cuenta de que Mina junto con Kaminari y Sero, estaban hablando con Deku, o mejor dicho, lo estaban incomodando, porque Deku se veía bastante avergonzado mientras intentaba replicar lo que mi amiga le decía, pero no pude entender de qué hablaban, solo escuché un "no lo estoy" de parte de él, mientras ella reía maliciosamente.

¿Qué siente por mí?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora