Día 7: ¡Libre! - El amor.

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Si hubiese tenido que definir "amor" en el primer año en la U.A. hubiera dicho que ella lo representaba, aun si no entendía que era lo que este representaba completamente, a sus ojos, ella era perfecta. La voz dulce y fuerte, un tono reconfortante y determinado, sus decisiones infalibles, su visión clara y la sonrisa brillante y suave a la vez.

Yaoyorozu Momo era lo que se le venía a la mente cuando pensaba que si alguna vez él iba a enamorarse, entonces definitivamente sería de alguien tan capaz como ella.

Pero el amor tenía sus vueltas y el amor en que él había pensado no era perfecto. Yaoyorozu no era perfecta y tenía problemas de confianza. Yaoyorozu no era perfecta y tenía cosas de las que se le dificultaba hablar. Yaoyorozu no era perfecta y también tenía pesadillas en las noches luego de tener encuentros con villanos. Pero Yaoyorozu, que lidiaba con más cosas de las que él podía comprender como mujer, aun así se daba el tiempo de sonreírle mínimamente, suave, despacio, frágilmente a su figura cuando se encontraban a mitad de la noche en la sala común y en silencio, le invitaba a tomar un té.

El amor no era perfecto, para nada. Pero era más que suficiente.

El amor era frágil y poderoso a la vez, el amor le decía que confiaba en él y lo detenía cuando algo no le parecía bien. El amor lo admiraba y él la admiraba también. El amor besaba tiernamente su cabeza cuando creía que se había dormido en el sillón luego de una charla a media noche y acariciaba con sus finos dedos los colores de su cabello mientras seguía leyendo un libro pesado, una taza de té a su lado y Todoroki fingiría entonces seguir durmiendo, con su cabeza apoyada en su hombro, disfrutando la inusual calidez que provenía de ella.

Yaoyorozu no era perfecta, pero él la amaba de igual manera.

Y la amaba, la amaba tanto que los sentimientos se le querían salir del pecho a cada instante.

A cada sonrisa, quería soltarle un te quiero. A cada lágrima, un estoy aquí. A cada muestra de afecto, quería decirle cosas que no sabía cómo decir siquiera. Ella representaba amor, y esta vez sí sabía lo que significaba.

Pero habían pasado cinco años desde la última en que Todoroki la vio.

Cinco años desde la última vez en que sintió el amor y luego del día de su graduación, se separaron y fueron en distintos caminos. ¿Por qué...? , se preguntó cuándo pasó, ¿Por qué no le preguntó si podía dejar la puerta abierta detrás de ella? Porque no había manera que pudiera olvidarla después de que lo había tratado tan suavemente. Después de que, como una flor, lo hubiese regado y verlo crecer, apoyado y dejarse ser apoyada por él, después de haber sido amado por Yaoyorozu, no había manera de poder olvidarla.

...Habían pasado cinco años, pero se sentían como muchos más.

Su cabello negro estaba más corto, sus palabras más afiladas, la mirada más seria, más oscura que cuando la conoció y el brillo de sus ojos no mostraba la inocencia infantil con la que solía asociarla.

Se veía atrozmente distinta. Pero seguía igual de hermosa que el primer día en que la vio.

Habían pasado tres años desde la última vez que lloró por ella. Por ella y las pequeñas acciones que ella hacía antes de irse de su vida.

Como decirle que era hermoso, incluso cuando no lo creía, incluso cuando no lo merecía. Yaoyorozu estaba ahí en una infinidad de primeras veces para él y él estaba para ella en una infinidad de nuevas experiencias que su relación traía.

Las primeras risas, el primer beso, la primera pelea y el primer llanto, la primera reconciliación y las primeras veces que no se hablan, eran los primeros en sus primeras y habían pensado que aquello seguiría así indefinidamente.

Pero el amor llega exactamente cuándo se supone. Y se va exactamente cuándo debe.

Y si él hubiese seguido con ella, tal vez no hubieran podido avanzar como héroes tan rápidamente como lo hicieron. Si el amor se hubiese quedado, tal vez no hubiese descubierto partes de sí mismo que pensaba no necesitaba con ella a su lado. Tal vez no hubiese experimentado el dolor de una pérdida y deseado volver atrás el tiempo, a los días en donde ella estaba a su lado. Si el amor se hubiese quedado, tal vez no hubiese madurado de la manera en que lo hizo o conocido otros amores.

Yaoyorozu se veía tan distinta, pero seguía teniendo esa esencia que era puramente de ella.

Esa amabilidad con la que brillaba el primer día en que la conoció, esa inteligencia que sobrepasaba la norma y había recuperado esa confianza en sí misma en el primer día, estando aún más marcada en la toma de decisiones. Al igual que él, ella también había pasado por distintas cosas, por distintos amores y experiencias que la formaron a como es la Yaoyorozu que ve ahora, que con una sonrisa educada hacia su persona, le indica que sigue siendo la Yaoyorozu de siempre.

Su voz sigue siendo clara, fuerte y le pregunta si no tiene problemas con el plan que ha creado.

Qué nostálgico se siente escucharlo de ella. Le recuerda a la primera vez que pelearon juntos.

Todoroki respondió con que no tenía quejas y vio en sus ojos el brillo de las buenas memorias que pasaban por su cabeza, al igual que en la suya. Y si bien Todoroki sabía que estaba jugando sucio, aun después de tanto tiempo, sentía la inigualable necesidad de estar a su lado un poco más.

La causa de su reunión había sido una batalla con un villano poderoso. Era innecesario decir, que seguían haciendo un buen equipo.

Después de la pelea la invitó a comer algo y después de aquello, comenzaron a hablar de nuevo.

Se sentía bien hablar con ella, Yaoyorozu siempre había sido alguien importante en su vida y recuperarla de esta manera, aún si era solo como amigos, se sentía bien.

Meses en esta nueva rutina de trabajar, encontrarse un rato y conversar de todo lo que había pasado, Todoroki se dio cuenta de que el amor, a sus ojos, seguía siendo ella.

Decidió entonces callar estos sentimientos para siempre.

Pero una tarde, luego de beber vino caro en su casa y conversar hasta tardes horas de la noche en su casa, Yaoyorozu lo besó. Sus labios tenían el sabor dulce del vino que estaban bebiendo y la misma forma y suavidad con que los recordaba.

Ella se disculpó en un instante de sobriedad un momento después y estaba lista para huir de la casa ajena con lágrimas en los ojos cuando Todoroki la capturó entre sus brazos.

Quería estar con ella, quería una segunda oportunidad y entre lágrimas, a su suerte, Yaoyorozu aceptó.

Esta vez si mantendría el amor entre sus brazos.

BNHA Week 2019 - Versión TodoMomoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora