1. Asado con amigos

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Bueno emm, es la primera vez que escribo algo xD esto está basado en una especie de rol que hicimos con una amiga, y bueh, no tiene mucho "romance", es más... acción (? Nah, bueno, no se si es lo que están acostubrados/as a leer pero... espero que les guste n.n

Algo iba a pasar, Gago lo supo desde que se despertó. “¿Habré soñado algo?” se preguntó, pero no se acordaba. Tampoco se acordaba mucho de la noche anterior, un par de tragos con amigos, joda... Bueno, eso ya había pasado, ya está. El jugador comenzó su día normalmente. Estaba aprovechando ese descanso después del mundial para permitirse el levantarse tarde, comer lo que quisiera y, por qué no, boludear con los demás.

Tomando su café de máquina leía el diario en su notebook, muy tranquilo, hasta que llegó a los horóscopos. “Aries…” leyó “…Es un buen día para retomar algo que fracasó en el pasado…” se quedó un rato pensando en qué podía ser eso. No es que Fernando fuese muy seguidor de esas predicciones pero… Bueno, sí, creía bastante en eso, que ahora le confirmaba esa sensación que tenía. “Vamos a ver qué pasa” se dijo, terminando su desayuno.

Tenía ganas de ver a algunos de los chicos que no había visto en esos días, así que decidió ir a comprar algo para comer y llamarlos, todavía era más o menos temprano; o en cualquier caso, los otros vagos se levantaban más tarde que él. Palpó su bolsillo buscando la llave de su auto, pero no la encontró. “Bueno, puedo aprovechar e ir en bici” pensó mientras salía, sin notar que no estaba su auto ahí. Le gustaba su bici, era un modelo bastante antiguo, con canastito, pero nunca la usaba. Salió y pasó por un par de negocios antes de llegar a una carnicería, donde fue a “comprar” algo para invitar a los demás.

-Buen día, ¿Tiene asado? –preguntó al que atendía.

-Sí, tenés todo esto y… Che! Sos Gago! –dijo sorprendido el tipo, al mirarlo.

-Sí, jaja, soy yo…

-Mirá che… bueno, ¿qué vas a llevar? –preguntó el carnicero después de un rato.

-Y… dame… unos cinco kg de asado, ¿puede ser? Ese pedazo de ahí… que no tenga mucha grasa… -señaló un cacho de carne.

-Bueno, cómo no… -el tipo agarró el asado, lo fue pesando y cortando, hasta que terminó-. ¿Algo más, che? No… bueno… Son $305

-Ah… bueno… -dijo el jugador, revisando sus bolsillos mientras el carnicero metía todo en una bolsa y se lo acercaba-. Uy che, que mala suerte! Me olvidé la billetera…

-Y, el asado me lo tenés que pagar…

-Pero… Soy Gago! –gritó el otro, señalando su cara

-¿Y qué tiene que ver?

-Bueno… A ver, pará, por ahí la dejé en la bici, en alguna bolsa, voy a buscarla… -dijo, mientras agarraba la bolsa de carne y encaraba para la puerta.

-Pero déjame la carne acá, ¿qué hacés? –el carnicero se estaba poniendo amenazante.

Fernando lo miró un par de segundos antes de salir corriendo del local con la bolsa en las manos. Se subió rápido a su bicicleta y pedaleó lo más rápido que pudo para alejarse. Sin embargo, el tipo de la carnicería se quedó un rato procesando lo que acababa de pasarle, y no lo siguió. No tuvo en cuenta Gago que ahora tendría el peso de esos 5kg en el canasto, así que decidió volver a su casa y decirle a los demás que trajeran ellos el resto.

En cuanto llegó a su casa, lo primero que hizo fue llamar a Lío, pero él no le contestó. “Estará durmiendo” pensó, acordándose que la noche anterior los había visto a él y a Javier por el centro, medios raros andaban, seguro Javier le habría dicho a Lío que… El jugador sacudió la cabeza para dejar de pensar en eso, e instantáneamente llamó a Rojo.

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