5. "...Ya va a pasar todo"

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Hola, perdón por tardar en actualizar, hago lo posible u.u Bueno, acá las cosas van de mal en peor (? Reitero, yo advertí que esto... se iba a la mierda, después no se quejen (?

Fernando despertó en su pieza, acostado. No podía acordarse de nada en los últimos días… ¿Habían pasado días? ¿Semanas? ¿Horas? Todo era muy confuso. Recién después de un rato, se dio cuenta de que le dolía el cuerpo, la cara y… la cabeza. Terriblemente, la cabeza.

Intentó moverse, incorporarse, pero el cuerpo le pesaba muchísimo, como si hubiese corrido un día entero; y se dio cuenta de que tenía algunas mangueritas que iban a su cuerpo. En un principio se asustó, hasta que se dio cuenta que no eran más que suero. ¿Por qué tenía suero intravenoso, estando en su casa? No podía acordarse de nada.

-Creo que está despertándose –dijo una voz. No logró distinguir bien quién hablaba, tenía los sentidos aletargados. Ya le costaba distinguir lo que veía a su alrededor.

Entonces apareció Messi por la puerta, tranquilamente. Sin recordar bien porqué Fer quiso cubrirse la cara con los brazos, pero esto le provocó un dolor terrible en la cabeza y su costado izquierdo; dolor que se notó en su cara.

-Pará, pará… Tranquilo… -dijo Lío, con voz calmada y bajita, extendiendo los brazos hacia él. Se acercó despacio hasta sentarse en el borde de la cama-. No pasa nada…

-¿Qué...? -Empezó a preguntar, pero su garganta estaba rasposa, por lo que tosió.

-Tranquilo, che, te estamos cuidando –le respondió el otro.

-¿Qué... Ehem, qué pasó, Liíto? –logró decir Gago, dificultosamente.

-Te… caíste de la escalera. Vinimos Javier y yo, hablamos, vos te fuiste y te caíste por la escalera. Nosotros te estamos curando, con las cosas de primeros auxilios… -estaba explicando Lío, pero Fer volvió a preguntarle.

-¿Y, por qué no… me llevaron a un… hospital?

-No podíamos ir y decir que Fernando Gago se cayó de la escalera, ¿no? No iba a quedar bien –le sonrió Messi.

En cuanto vio esa sonrisa de su amigo, una imagen apareció en su cabeza: estaba él de rodillas, sufriendo y llorando, mientras veía frente a sí a alguien con una sonrisa extraña, casi psicópata; no distinguía más nada, solo la sonrisa… Quiso sacudir su cabeza para borrar esa extraña imagen, pero al más mínimo movimiento sintió una puntada.

-Au… Ughh… Me duele, Liíto –le dijo, a punto de sollozar.

-Bueno, che, sufriste una caída fea, vas a tardar en reponerte… Tenés que descansar ¿Sí? Dormí… Nosotros te cuidamos –insistió el diez, apoyándole una mano en el brazo.

Le sonreía de una manera tan simpática, como solía ser Lío con los de su entorno cercano. Fer le devolvió la sonrisa un segundito, pero después intentó acomodarse para dormir. Muy tranquilamente, Messi se paró y tocó algo en su suero.

A los pocos segundos, todo se volvió negro de nuevo.

Veía algo de nuevo. Estaba al borde de la escalera, a punto de bajar. De repente, todo el mundo, todo lo que percibía, se abalanzó sobre él. Logró distinguir escalones, entre el dolor que sentía y algo de sangre que comenzaba a asomar. Sentía cada golpe en su cabeza; hasta que, al estar abajo y ver la escalera nuevamente, se sintió morir.

Abrió los ojos bruscamente, estaba en su pieza, igual que antes, aunque ahora parecía ser de noche. Se miró, todavía tenía el suero y las mangueritas esas, todavía le costaba moverse y… La puta madre, la cabeza. Alcanzó a escuchar unos ruidos en el piso de abajo, pero no por mucho.

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