capítulo 9

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Mis besos y caricias seguían. Me fundía completamente en él.

Acariciaba lentamente su torso desnudo, su suave piel, quería sentir aun más, más allá de toda esa estorbosa ropa.

Verlo sobre mí simplemente era la gloria. Parecía un hermoso muñeco de porcelana aún y con la tenue luz.

Sus labios eran jodidamente suaves, sabían levemente dulce combinado con vodka. Algo exquisito en cierto modo.
Su inexperiencia me ponía demasiado, más en ese estado.

Sus pupilas estaban dilatadas, las comisuras de sus labios formaban una linda sonrisa.

Jodidamente hermoso.

Pero pare.

Esto no estaba bien.

¿Desde cuando a mi me importaba si estaba bien o no?

Digamos que la mitad de las cosas aquí no eran legales, y de todos modos las hacía. Obviamente con el respaldo de Chan.

Mis labios se alejaron de los suyos, chilló en respuesta para después formar un leve puchero con los mismos haciéndolo lucir tierno. Porque vamos, eso es lo que era. Un Tierno.

—Bonito, estás borracho. Y aunque quisiera realizar millones de fantasías contigo, me gustaría que estuvieses consciente, ¿sabes?

El menor intentó volver a acercarse ignorándome olímpicamente, o bueno, eso fue hasta que escuché su bufido después de alejarlo otra vez.

Todos tenían diferente perspectiva en la primera vez que tomabas; la más común era ponerse pedo y/o hasta el tope prácticamente era tomar, perderse en el efecto del alcohol, encontrar a alguien para quitarte la calentura o terminar vomitando por todos lados y despertar con resaca inmensa.

La mía, —realmente no me había puesto tan borracho— fue tranquila, estaba algo consciente, asimilaba todo, más lento, claro, pero no me dejaba llevar. Aún me faltaba realmente sentir al 100 toda esa sensación.

Siempre tomaba con cautela, sabía mi límite y sabía perfecta y claramente cuando habían puesto algo en mi bebida, pastillas, etc.

En este caso Jisung había sido drogado, lo dulce pegaba lentamente, producía mareos y obviamente aumentaban su temperatura corporal, pero no al grado de ponerse hasta el tope.

El menor movió sus caderas sobre mí, creando una deliciosa fricción de nuestros miembros. Cerré los ojos por reflejo y un gemido algo ronco salió de mis labios.

Una risilla se escuchó. Lo había hecho intencional.
A pasar de estuviese en ese estado parecía algo experimentado, y vamos, él no era alguien que aparentaba eso. Ni viendo porno el sólo aprendería ha hacer bien todo el trabajo, se tenía que practicar.

No pregunten cómo lo sé.

—Ya te lo dije, bonito, cuando estés consciente lo consideraré.– dejé un casto beso sobre sus labios, me paré y lo dejé en medio de la cama.

Tenía el ceño fruncido, estaba confundido.

Tierno.

—Quédate ahí, regreso.

Fuí a la cocina, abrí directamente el congelador sacando una bolsa de hielo y del segundo compartimiento saque un brebaje.

El hielo serviría para calmarle y bajarle la "calentura" poniéndolo en su nuca y el brebaje era para pararle todo, realmente era algo asqueroso recordar de todo lo que estaba hecho, pero valía la pena, así aprendería. No se lo daría si fuera sábado, pero mañana era su primer día, Chan lo iba a matar sí no se presentaba, literalmente.
Al fin no era tan tarde, apenas eran las 9 de la noche, realmente no aguanto ni una hora.

R e p u t a t i o n ; Minsung.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora