R e p u t a t i o n ; Minsung.

ｃａｐíｔｕｌｏ 1 2

-maratón 2/¿?-

Pasó aproximadamente una media hora, en la que Lee hizo entrega al menor de un cuchillo que habían encontrado en el pequeño apartado donde se encontraban. Cuando el castaño recibió el cuchillo pensó que moriría allí dentro. Minho le había explicado que las balas no hacían un daño grave, sin embargo, el cuchillo era un último recurso, que si bien le enseño, los puntos dónde podía atacar si se pasaban de la raya, el menor supo que posiblemente solo la tendría de adorno.

—¿S-seguro?– preguntó aún hecho un manejo de nervios, dándole una mirada al cuchillo y después al mayor.

—Sí. ¿Quieres sobrevivir o morir? Eso incluso te sube puntos.

—Sobrevivir.– dijo finalmente rendido, era cierto.

Minho solo asintió y dió un vistazo desde su pequeño escondite, vigilaba que estuviera seguro el perímetro. No eran cincuenta personas en juego, claro que no. Eran más de cuatrocientas. No era un tipo de grupo mediocre, de esos que utilizaban en secundarias y preparatorias. No. Y de esas cuatrocientas personas, aproximadamente habían caído quince.

Sería completamente aburrido que cayera la mayoría a casi nada de comenzada la prueba, ya que esta se veía para largo, o al menos eso pensaba el pelinegro.

Jisung abrió la compuerta que se encontraba detrás del mostrador, el tipo sótano que había descrito el mayor, que tenía varios aditamentos para sobrevivir; comida, agua, cuerdas, municiones incluso.

El castaño sacó un poco de todo y lo llevó donde Minho vigilaba. Los guardo en una mochila, ya que no se quedarían ahí todo lo que durara la prueba, lo sentía horrible, pero ya era tarde para arrepentirse, ya no podía hacer ningún berrinche.

Se recargo en una pared, imaginando escenas alternas en las cuales sería heroico, terminaría mágicamente en el top del cual el mayor le había contado, y en la mayoría de los casos, moriría muy estúpidamente.

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Jisung no tenía ni la más mínima idea hacia dónde iban, se limitaba a seguir desde atrás a Minho desde que salieron del centro comercial.

Sabía que no era una muy buena idea ir al final, tampoco lo era adelante, pues ha habían pasado dos tipos de los cuales Han ni sospechaba que los seguían, hasta que Minho disparó con una precisión que lo dejó helado, y vamos, cómo no lo iba a asustar si uno de los tipos estaba a su acecho justo frente a sus narices y Lee parecía apuntarle a él.

Tuvo que pedirle perdón más de cien veces por lo radical que se había sido.

Cómo si no le hubiera dado su palabra de cuidarlo a toda costa y casi todo ese palabrerío se fuera a la mierda por un mal entendido.

El castaño vió su vida entera pasar frente a sus ojos.

—Quédate aquí. Volveré cuándo termine acá fuera. –tomó un walkie talkie dejándolo en la mano del menor.– Cuando escuches mi voz, sales, ¿bien?

Jisung asintió repetidas veces, quedándose escondido en la entrada de un departamento.

Tenía los nervios de punta, le sudaban las manos.

Tan solo un minuto se le había hecho una eternidad. Solo tenía un cuchillo para defenderse, y aunque tuviera la iniciativa para hacerlo en tal caso le faltaba el valor, le quitarían su única arma antes de que el pudiera atacar.