- No puedo creerlo.- dijo Aang al ver la ciudad tomada por la nación del fuego- Sabía que la guerra se expandía, pero Omashu me parecía intocable.-
- Y hasta ahora lo era.- dijo Sokka- Ahora Ba Sing Se es El Fuerte que sigue libre de la nación del fuego.
- Esto es terrible, pero tenemos que seguir.- le dijo Katara mientras se acercaba a él.
- No.- le respondió Aang- iré allá a buscar a Bumi-
- Aang, detente- le digo tomándolo del hombro- ni siquiera sabemos si Bumi sigue...- me cayo de repente
- Qué?- me mira con el ceño fruncido- Qué si Bumi sigue que...?!- me vuelve a preguntar y me alejo un poco de el.
- Eh, en Omashu.- digo mirando hacia otro lado.
- Se que quieres aprender de Bumi, pero...- le decía Katara- hay otros que pueden enseñarte a ser maestro tierra.-
- No se trata de encontrar a un maestro, de trata de encontrar a un amigo.- dijo mirando hacia la ciudad nuevamente.
Nos subimos a Appa y este nos dejo a un costado bajo de la ciudad en donde había un pasadizo secreto. Aang estaba intentando abrirlo y al hacerlo sale agua sucia del lugar y el entra. Nosotros tres lo seguimos entre toda esa agua usando nuestros poderes, el pobre de Sokka solo recibía todo lo que dejábamos caer.
- Eso no estuvo tan mal.- dijo Katara al salir de la alcantarilla.
Detrás de nosotros llega Sokka cubierto de toda la suciedad. Veo un barril lleno de agua limpia y le quito toda la suciedad que llevaba encima,Aang con su aire control lo secó. Al terminar de hacer eso vemos que tiene dos cosas en sus mejillas.
- Ahh no se quitan!!!- dijo intentando quitárselos a lo que Aang lo calla.
- No hagas tanto ruido, solo son Pentapus Púrpura.- dijo Aang tranquilo. Aang haciéndole cosquillas a las Pentapus Púrpura se las logró quitar.
Pero en ese momento aparecieron guardias de la nación de fuego, cubrimos a Aang para que se pudiese colocar algo en la cabeza para tapar su flecha.
- Acaso no saben qué ya pasó el toque de queda?- nos preguntó el guardia.
- Lo siento vamos de camino a nuestra casa.- les digo sonriendo, los cuatro nos dimos la vuelta para escapar de ahí.
- Alto, que son esas manchas?- nos pregunta, Katara y yo nos miramos.
- El tiene pentarisela.- le dijo Katara y un guardia se iba a acercar a tocarlo.
- No le recomiendo que lo haga, ya que es muy contagiosa esa enfermedad.- le dije, Sokka me mira y empieza a actuar como si se sintiera mal- y es mortal.-
- Creo que conozco esa enfermedad! No murió de eso tu primo, Chang?- dijo el guardia asustado- mejor nos vamos a lavar las manos y a quemar la ropa.
Huyeron del lugar, aprovechamos eso para dirigirnos al palacio de Omashu para encontrar a Bumi.
- Encontremos a Bumi y vayámonos de aqui.- le dijo Katara a Aang.
- Donde crees que lo puedan tener?- le preguntó Sokka
- Creo que en un lugar de metal.- dijo Aang mirando a todos lados- Bumi es un maestro tierra.- dijo.
Seguimos caminando por el lugar, buscando dónde podrían tener a Bumi. En eso vemos cómo una gran roca caía hacia unas personas, en ese momento Aang utiliza su aire control para detener la roca haciendo que esas personas, las cuales eran de la nación del fuego, se den cuenta de nuestra presencia.
- Son rebeldes!- gritó la mujer y empezaron a perseguirnos.
- Sigan!- les digo y me detengo para atacar a los guardias con estrellas de hielo.
Entonces aparece una chica la cual me ataca con pequeñas flechas que salen de sus muñecas, hago un muro de hielo y salgo corriendo detrás de los chicos.
Ella seguía detrás de nosotros, Aang en eso derrumba unas cosas obstaculizando a la chica, al momento en que ella nos iba a lanzar de sus flechas caemos.
Estamos rodeados de maestros tierra, ellos nos explicaron que son la resistencia contra la nación del fuego en Omashu.
- Y el rey Bumi está con ustedes?- le pregunta Aang a un soldado- El lidera la resistencia?
- Por supuesto que no. El día de la invasions tuvimos que prepararnos para pelear.- estaba explicando- dispuestos a defender nuestra ciudad. Pero antes de que pudiéramos hacer algo, el rey Bumi. Se rindió.- dijo enojado- el día de la invasion le pregunté al rey Bumi que qué pensaba hacer. Me miro a los ojos y me dijo "nada".-
- Existe otra forma para ser libre. Pueden irse de Omashu, canalizan sus energías en pelear contra la nación del fuego, pero tienen pocos hombres.- les dice Aang- No pueden ganar, ahora retrocedan para estar vivos y enfrentarlos otro día.
- Tu no lo comprendes. Ellos invadieron nuestro hogar, y hay que recuperarlo cueste lo que cueste.- dijo el soldado Jack.
- No lo se, Jack.- le habló otro soldado- irnos para enfrentarlos otro día me parece buena idea.- todos aceptaron.
- Esta bien- acepto Jack- Pero son miles de ciudadanos, como hacemos para sacarlos de aquí.
- Enfermos.- dijo Sokka, lo miramos extrañados- todos se contagiaran de una grave y extraña peste.- dijo
- Oh! Pentarisela.- dije con una sonrisa maliciosa, Sokka y yo nos vemos y reímos con complicidad.
Al día siguiente empezamos a marcar a los ciudadanos con los puntos que dejaban los pequeños Pentapus Púrpura.
- Muy bien, los puntos los hacen ver enfermos, pero deben actuar como si de verdad lo estuvieran.- les explicó Sokka- hay que engañarlos.- en eso pasa un hombre mayor delante de nosotros quejándose- ven! Ese es un excelente ejemplo.- dijo señalando al hombre
- Son años de práctica- dijo el hombre.
- Bien hecho- dije alagando al hombre.
Empezamos a caminar pero Katara nota como Aang camina hacia otro lado, yo avanzo con Sokka dejándolos a ambos hablando.
Los ciudadanos fingiendo estar enfermos, caminaron hacia la gran puerta de la ciudad, los guardias asustados abrieron la puerta para dejarnos salir.
Caminamos hasta estar lo suficientemente lejos de la ciudad para dejar de fingir la enfermedad. En la noche llega Aang montado en un gran animal.
- Buscamos en todos lados y no encontramos rastro de Bumi.- dijo triste cuando nos acercamos a él. Katara lo abraza para reconfortarlo. Y Sokka me abraza a mi.
- Tranquilo.- le digo acariciandole la cabeza mientras Sokka se sentía desanimado.
- Tenemos un problema.- dijo Jack acercándose a nosotros- Contamos a los ciudadanos.
- Acaso alguien se quedó atrás?- preguntó Katara.
- No, nos sobra uno- dijo señalando a un bebé con ropa de la nación del fuego.
- Esto es malo.- digo al ver como el bebé juega con Momo.
Continuará...