Confiando en quien dice ser su amiga, perdió dos

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María Mercedes sabía que esa chica le resultaba familiar, pero por más que pensaba no recordaba por qué.

-Vosotras no sabéis quien soy- empezó a decir la chica- pero yo sé quiénes sois vosotras y que estáis haciendo, os ayudaré-

-¿Qué te hace pensar que queremos tú ayuda?- preguntó Marimar

-¡Marimar!-la llamó María Mercedes

-¿Qué?- preguntó Marimar- no la conocemos, no sabemos si esta de nuestra parte-

-En cierto modo, tienes razón- pensó la chica- no sabes quién soy, es normal que pienses que soy tu enemiga, pero a veces las amistades se consigue nada más conocer a una persona, María del mar Pérez alias Bella Aldama-

-¿Cómo es que sabes mi nombre?- preguntó Marimar confundida

-Te lo he dicho- siguió la chica- se quienes sois- después miró a las demás chicas- ¿y vosotras...?

-Nosotras....- Soraya miró a María- nosotras vamos contigo-

María Mercedes, María y Soraya siguieron a la chica misteriosa, solo quedaba Marimar.

-Ya me contareis cuando se trate de una trampa- dijo Marimar desde lejos, después miró a su perrito- Pulgoso, tú no me vas a dejar ¿verdad?-

Como respuesta a su pregunta, el perrito siguió a las chicas.

-¿Qué?- preguntó Marimar como si no se lo pudiera creer- ¿Tú también? Vale, está bien, me habéis convencido-

A regañadientes, Marimar siguió a sus amigas y a su perrito.

-Pero, sigo pensando que no deberíamos fiarnos de ella- dijo Marimar segura de sí misma.

-Si no quieres, no nos sigas- contestó Soraya- ahora entiendo porque Angélica no te soporta-

-El sentimiento es mutuo- aclaró Marimar

-Bueno, ya hemos llegado- aclaró la chica

-Todo esto es muy bonito...- confirmó María Mercedes- pero, dinos quien eres...-

- Ya os lo diré- le convenció la chica- todo a su tiempo-

Sin saberlo, Malvina apareció detrás de María Mercedes y con su brazo la llevó para sí.

-No esperabas verme aquí, ¿verdad, maldita billetera?- le dijo Malvina

-¿Malvina?- preguntó María Mercedes dudando- ¿Qué haces aquí?-

-Ahora sí, María Mercedes, ahora voy a presentarme- explicó la chica- soy Mística, tu querida amiga Mística-.

María Mercedes podría haber sonreído y decir "¡Claro, mi amiga, casi no te reconocía"! Pero eso sería mentir, Mística no era su amiga, ni nada que se le pareciera;  Mística era su rival en cuanto a vida amorosa, las dos estaban enamoradas de Jorge Luis; Mística era la compinche de Malvina,solo que no era tan malvada como ella, en fin, Mística era la clase de persona con la que no irías a tomar un café.  

En lugar de eso, María Mercedes respondió

-¿Así que eres tú?- dijo enfada- ya decía yo que tu cara me era familiar-

-Os dije que no había que fiarse de ella- aclaró Marimar 

-Siento no haberme fiado de ti- le confesó María Mercedes a Marimar

-Bueno, empecemos a luchar- dijo Marimar preparándose

Pero Pulgoso la agarró con sus dientes y no la dejó atacar

-Pulgoso, ¿Déjame?- le pidió Marimar a su perrito

-No voy a dejar que te hagan daño- confesó Pulgoso a su dueña 

La trilogía de las MaríasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora