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Ver como las personas y los coches parecían granos de arroz de un décimo piso te causan un ormigueo por todo el cuerpo, mis pies estaban estirado al vacío, el viento rozaba mis megillas mientras que la luna iluminaba mi agonía.

Ya había perdido el tiempo que llevaba aquí sentada viendo como el sol se oculta en la gran Madrid. Esos pijos autos, hombres y mujeres de traje, hijos aniñados y presumidos con el último móvil del mercado paseaban de un lado a otro.

No quería eso en mi vida, una vida vacía, pero a quien le mentía, no sabía lo que quería en mi vida.

Solo cerrar los ojos y no respirar.

Saque mi móvil marque el único número que sabia de memoria.

_Hola mama, soy yo otra vez, a qué no creerás a donde estoy_ me mordi el labio queriendo escuchar alguna respuesta pero solo el susurro del viento escuche_ cuando tenía 7 años te dije que me gustaría vivir en el edificio mas alto de madrid, no es el más alto pero algo es algo, espero que el portero no se dé cuenta y no llame a la policía, no tengo dinero para pagar una multa, eso era todo, me tengo que ir, adiós mama y cuidate mucho.

Hola mama. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora