siénteme ー chanin.

vii.

Tres semanas después de su viaje a Daegu Jeongin se sentía raro. No, no se trataba de su celo, eso lo tenía bien controlado con sus supresores y calculaba muy bien los días que lo tendría.

Pero eso no era lo importante, el caso era que se sentía mal, raro, y todo desde el día en que Christopher se fue a mitad de la comida dejándolo solo. Desde ese día no lo había vuelto a ver y su primo ni lo había mencionado. Ni siquiera cuando hablaba de su trabajo. A Jeongin le comenzó a parecer extraño la necesidad de saber algo del mayor... o de sentir su aroma. Apenas podía detectarlo en la ropa de Minho cuando llegaba, pero era un aroma leve que se iba apenas él se bañaba. Era desesperante y Jeongin no comprendía la razón de esa creciente necesidad que experimentaba por primera vez. Y lo peor era que le avergonzaba preguntarle a su primo algo sobre el alfa sin saber por qué. Quizás porque se vería raro preguntando por alguien a quien apenas conocía o tal vez porque temía que Minho pensara cosas que no son. Después de todo no era común en él interesarse por ningún alfa que no fuera familiar suyo.

Por lo que estaba en un debate mental bastante grave hasta en el cual consideró provocar que Christopher se "olvidara" algo para tener que llevárselo a la escuela, de esa forma tendría una excusa para ver a Christopher. Pero tan pronto se le ocurrió, lo desechó. Parecía un omega desesperado y él no lo era. Por supuesto que no.

—No necesito saber nada de él.— se dijo revolviendo su cabello para tomar sus lápices y distraerse dibujando.

Trazó línea tras línea, buscando despejar su mente y liberar un poco la ansiedad acumulada en esas semanas. Su mano se movía con confianza por el papel, pintando de trazos grises la pulcra hoja blanca. Sus ojos ignoraron lo que hacía, dejando que su instinto guiara el lápiz para formar lo que sea que su mente deseara. Por un momento se sintió tranquilo y libre, hasta que vio el dibujo a medio terminar.

Su mandíbula casi cae al piso al distinguir el rostro de Christopher en el papel. Su frente estuvo a nada de chocar con la pared. Suspiró derrotado, arrugando el dibujo para arrojarlo a un lado junto al lápiz. Se sintió perder una competencia contra sí mismo. Odió ese sentimiento, por lo que apretó las manos molesto, frunciendo el entrecejo y mirando hacia un punto perdido de la pared cercana.

Dejó su habitación y bajó las escaleras para ir a la cocina a preparar la cena. Tenía que buscar otra alternativa para no pensar en él.

Sin embargo, cuando lo estaba logrando, Minho llegó y entonces todo recuerdo de Christopher regresó a su mente para torturarlo una vez más. ¿Es que no podía estar en paz un segundo? ¿Acaso hasta saber algo de Christopher su mente no lo dejaría tranquilo? ¿Debía confiar en su primo y preguntar sin que este lo viera raro? Lo pensó seriamente hasta darse cuenta de que esa era la mejor opción de todas. También estaba en aparecerse en la escuela, aunque eso sería más extraño y menos probable que hiciera. Menos sin una excusa.

—Hola, Jeonginnie.

—Hola, hyung.— vió a su primo sonreír antes de sentarse un momento en uno de los banquitos de la cocina —¿día duro?

Debía buscar la forma de que el tema saliera lo más natural posible.

—No tanto, sólo no dormí bien anoche, tuve que corregir unos exámenes y me quedé hasta tarde.

—Oh, y cuando los niños tienen exámenes, ¿los adultos también?

Al parecer el alfa estaba tan cansado que no le tomaba importancia a las preguntas.

—A veces coinciden, esta vez no.

—Oh, así que Chan hyung no tuvo exámenes que corregir.

Rogaba para que Minho no prestara atención al nombre.

—No, Chan hyung pudo descansar.— se acostó sobre la mesa —¿cuándo va a estar la comida?

—En un rato... por cierto, hace tiempo no me dices nada de Chan hyung, ¿acaso pasó algo? ¿pelearon?

Hizo su mejor esfuerzo por parecer desinteresado en el tema mientras fingía poner toda su atención en la comida que preparaba, pero lo cierto fue que su voz salió más interesada de lo que hubiera deseado.

Escuchó un suspiro por parte de su primo antes de obtener una respuesta.

—No, simplemente no lo veo necesario— se levantó de su asiento —llámame  cuando esté la comida.

Y salió dejando al omega solo, quejándose de que su plan no había salido tan bien como esperaba.