xxiii.

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Jeongin no se molestó en esperar a su primo para volver a casa, simplemente tomó sus cosas y se fue. La salida de Chris con esa omega latente en su memoria. Hubiera deseado decirle que se quedara un rato más a su lado, hablando de cosas banales, de sus vidas, de sus gustos, pero no tenía excusa o tema con el cual distraerlo para evitar que se encontrara con ella.

Sin embargo, ¿por qué tendría que sentirse celoso si él y el alfa no eran nada?... No eran pareja ni nada de eso como para reclamarle el irse con otra persona. Christopher era libre de salir con quien quisiera y él  también. Pero, ¿por qué a pesar de todo aún  sentía ese horrible malestar en su ser mezclado con unas intensas ganas de llorar? Quizás... quizás por que no le gustaba que Christopher estuviera con alguien más que no sea él.

— Tonterías — murmuró en soledad mientras seguía caminando tranquilamente por las calles de Seúl.

La oscuridad comenzaba a hacer acto de presencia en el enorme cielo y Jeongin podía jurar que su primo pronto estaría en casa mientras que el seguía caminando sin rumbo por las calles de la capital de Corea.

— ¿Jeonginnie?

Giró sorprendido viendo a Felix unos pasos detrás de él. Estaba tan distraído que había pasado por alto el olor del alfa.

— ¿Felix? ¿Qué haces aquí? ¿No tenías que estudiar?

— Oh, solo me doy un pequeño descanso — el pecoso sonrió. — ¿Tan tarde terminaron?

— Ah, no. Channing hyung se fue antes y yo... me quedé caminando un rato.

— ¿Terminaron antes? ¿Por qué? — Felix parecía realmente interesado e intrigado por lo que había dicho.

— Es que tuvo que encontrarse con una amiga.

— ¿Una amiga?... ¿Dahyun tal vez?

— Si, ella.

— Oh, ya entiendo porqué terminaron antes entonces.

— Hyung y... es omega, ¿se llevan bien?

El alfa lo miró extrañado ante la pregunta pero aún  así  respondió.

— Claro, hace años se conocen. Desde la universidad, son muy cercanos. Incluso tengo entendido que han salido en citas.

Palabras que definitivamente, Jeongin, no deseaba escuchar. Gruñó disimuladamente mientras apretaba sus manos en puños. El malestar aumentando. Pero no podía demostrarlo, por supuesto que no.

— Jeonginnie, ¿estás bien?

— Si, claro — sonrió con fingida alegría.

Con sus padres había ganado experiencia.

— Bien, ¿te gustaría que te acompañe a casa? No es bueno que andes solo tan tarde — ofreció el mayor.

Y a pesar de que había vuelto a guiñarle un ojo, esta vez no le molestó al omega.

— Claro, muchas gracias, Lix.

— No es nada, Jeonginnie.

Juntos emprendieron su marcha hacia la casa del menor. Jeongin no entendía si estaba molesto o qué, pero lo único que sabía era que esos nuevos sentimientos en su interior opacaban la usual incomodidad que sentía al estar con Felix. Incluso podía decir que se sentía bien al estar ahí con él.

El silencio era lo mejor para los dos que parecían envueltos en sus propios pensamientos. Cada uno de ellos inmersos en lo que sentían, en las personas que lograban que sus corazones se alocaran.

Jeongin no podía dejar de pensar en Christopher y en lo que podría estar haciendo con Dahyun. Le molestaba que la omega se lo hubiera robado cuando aún  Jeongin tenía mucho que contarle a su alfa.

Un momento... ¿su alfa? Acaso... ¿pensó en Christopher como SU alfa?... No, no podía pensar así del mayor.

— Estoy mal... —susurró mirando al suelo.

— ¿Pasa algo, Jeonginnie?

Al parecer su susurro había sido escuchado por el alfa.

— No, nada, Lix. Sólo hablaba conmigo mismo.

— Dicen que hablar con uno mismo es bueno, yo suelo hacerlo cuando Hyung no quiere escucharme.

— ¿No pareces un loco hablando solo?

— Hay locos peores que no hablan solos y hacen cosas atroces. Entre ellas negarse al amor.

Jeongin lo miró ante esas palabras sin entender lo que el mayor quería decirle. Felix volteó a verlo, sonriéndole.

— No entiendo.

— No importa, no me hagas caso.

— Claro — Jeongin alzó la mirada. — Ya llegamos.

Se detuvieron frente a la casa, Jeongin observando gracias a la luz de la calle el rostro del mayor.

— Bien, aquí te dejo, Jeonginnie. Estoy seguro que mi hermano me espera.

— Si.

— Bueno, que tengas una dulce noche — su sonrisa, junto al guiño, hizo que el menor reaccionara de una manera que jamás  imaginó.

Tal vez buscaba que su olor quedara en el cuerpo del alfa para que Christopher lo sintiera, quizás fue su forma de agradecerle por acompañarlo a casa. Tal vez un poco de ambas. No lo sabía, lo único que comprendía era que saltó a abrazar al alfa (quien correspondió sorprendido) y le dió un beso a centímetros de la boca.

El alfa lo tomó de la cintura y lo alejó de él para acariciar su mejilla.

— No vuelvas a hacer eso Jeonginnie.

Y sin más dejó al omega confundido en a entrada de su casa, mientras que Minho veía toda la escena desde la vereda de enfrente.

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he pasado al pedo pero me da una paja maxima ponerme a actualizar perdónenme la vida :c

siénteme ー chanin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora