Muchas personas la tacharían de tonta y tenían razones de sobra: era torpe, distraída, tenía malas calificaciones y no era muy bonita. Tenía mil y un anécdotas de todas la veces que se cayo en medio de una fiesta o en el salón, incluso una vez en un funeral donde el pobre difunto tampoco se había librado de deslizarse del ataúd. O cuando tiro mas de un estante en las tiendas de moda. O cuando se orino (accidentalmente) en un vestidor.
Incluso ahora pudo haberse chocado contra un muro, pero era información innecesaria.
Pasos torpes, una falda y blusa de color rosa chillón a juego, el cabello mal peinado y la cantidad de capas de maquillaje sobre la cara. La necesidad de tener una mejor imagen dentro del instituto más que de la niña que le faltan tornillos.
Pero por supuesto, todo quedaría en el olvido cuando lo viera pasar por los pasillos.
De paso seguro, siendo tan inalcanzable como lo mostraba, tan abofeteable y besable (ella sabía que solía ser en ese orden), con toda su banda a los lados y siendo tan coqueto como solía ser. Usualmente se acercaría a alguna chica y se atrevería a soltar algún piropo, para después llevarla a almorzar a la cafetería con él.
Pero Drake Parker nunca la vio a ella.
Y se conformo con verlo a la distancia y sin darse cuenta lo conoció como quería conocerlo.
Como que Drake comía únicamente comida chatarra y raramente el almuerzo de la cafetería, que tenía un gusto especial por las camisas y que los pantalones eran del departamento de ropa de niños porque era lo único que le quedaba. Que nunca lo vería con la misma chica dos veces y que prefería por delante a las rubias que a las morenas. Que tenía la mala costumbre de morder la pluma y hacer tonterías con Scott.
Aun así, su cosa favorita de Drake Parker era eso, eso que lo hacía tan guapo hermoso precioso amor mío de mi alma.
Su sonrisa.
Los dientes frontales eran ligeramente mas grandes que el resto, el labio superior era mucho mas llenito que el otro y eran de un bonito color rosado que, cuando Drake mordía, se volvía más intenso; como un color cereza. Y cuando sonreía se le hacían arruguitas a los lados y un pequeño hoyuelo que no acababa por serlo.
Y distinguió todo el tipo de sonrisas que Drake poseía, desde aquella sonrisa incomoda que daba cuando los maestros le preguntaban algo, o cuando algún chiste le parecía demasiado gracioso y se echaba hacia atrás en su asiento, cuando coqueteaba con alguna chica o cuando quería librarse de una situación.
Solo hasta ese día.
Drake estaba platicando con sus amigos en una de las mesas de la cafetería, esa donde únicamente hablaban del nuevo auto de David y que abrigo combinaba mejor con que cosa hasta que todo se vio interrumpido cuando apareció él.
De playera extra extra grande y pantalones sostenidos con cinturón, los alocados rizos negros y el rostro alegre; había querido presentar un truco de magia para sentarse junto a los populares. Claro que no esperaba que las aceitunas se le atoraran en la nariz y que tuvieran que llevarlo a emergencias, pero no fue eso lo que le sorprendió: Drake había reído hasta llorar, tener que sostenerse el estomago porque ya le dolía y el rostro tan rojo como los tomates.
Y se volvió a enamorar, oh, claro que si.
Fue donde comenzó a verlo cada vez más junto a Josh Nichols (había investigado porque acosadora se nace, no se hace) y descubrió que se habían convertido en hermanastros porque sus padres habían decidido casarse. Hubiese pensado que sería pasajero por la forma en que Drake actuaba junto a él, siempre de mal humor, pero la insistencia de Nichols era demasiada como para simplemente ignorarlo.
Y de la nada Drake había empezado a sonreír junto con él: porque tenía la capacidad de ser torpe naturalmente, porque a veces tenía comentarios ingeniosos o porque hablaban de alguna serie nerd que habían visto la noche pasada. Y Drake brillaba. Drake brillaba tan bonito que no tuvo la capacidad como para hacer alguna travesura para separarlos.
No podía evitar envidiar la mirada cargada de sentimiento que Drake daba a Nichols.
Y se metió. Oh, claro que lo hizo.
A su forma, claro.
— ¡De hecho ya son tres! ¡Ya van tres al hilo como lo predije!
Y ambos la miraron con los ojos entrecerrados y para ella era más que obvio que sería así; solo se habían estado viendo el uno al otro desde que empezaron a juntarse.
— ¿¡Y tú quien rayos eres!? — Le preguntaron al mismo tiempo.
— Te amo Drake, ¡adiós!
Y echo a correr porque era necesario hacerlo, su identidad podría mantenerse oculta durante un rato más y seguir viéndolos. Se veían bien juntos y no necesariamente significaría que sintiesen algo el uno por el otro, podía vivir perfectamente con eso.
¿Cierto?
...
Temporada: dos.
Episodio:"Blues Brothers"
Mientras tanto yo:
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Ya tengo varios capítulos escritos, así que ya merito tendrán día de actus :3 Les extrañe, tanto, tanto.
