Capítulo 1.

496 32 1
                                    

La vida de Frank en LA habría sido un tanto sencilla de no ser por un pequeño detalle: Gerard vivía ahí. Al principio se rehusó a ir, pero Mikey terminó convenciéndole. No podía desperdiciar la beca, y menos por Gerard.

Vivía con Mikey en un pequeño apartamento, cerca de su universidad, pero desgraciadamente trabajaba en un café, el problema estaba en que quedaba muy cerca del hogar de Gerard. Al principio, observarlo le parecía muy bien, pero después, al verlo de una manera tan acaramelada y ñoña con su novia, comenzó a odiar su trabajo. Y sí, eran celos. Demasiados, podría decirse.

Aquel día, había decidido decirle a Mikey que le gustaba su hermano, porque era una tortura bastante tediosa tener que ocultarlo. Ya había pasado un año desde que lo había conocido, y no podía sacarlo de su mente. No era bueno tener a un Way recordándole que existía este otro Way que le ponía el corazón como en un maratón de diez kilómetros. Además, Mikey era su mejor amigo desde que estaban en la preparatoria, y agradecía mucho tenerlo; es muy atento y escucha todo lo que le dices, aunque sea la cosa más estúpida del mundo.

En fin, el día de Frank iba bastante bien, hasta que se cruzó con él. Frank iba repasando unas partituras para el examen de la universidad, así que no estaba atento a quién iba delante o detrás de él. Sólo caminaba, con los audífonos puestos y memorizando cosas. En ese momento, no pensó en Gerard ni un instante.

Gerard ya había divisado a Frank, ese chico unos centímetros más pequeño que él, de la misma edad de su hermano, y una mirada un poco inocente y misteriosa. Apresuró su paso para chocar con él "accidentalmente". Sabía que era una idea completamente tonta, pero si no lo hacía, Frank no le hablaría y sólo huiría como siempre. Esta vez, tenía que decirle algo importante.

Frank sintió un golpe en todo su cuerpo, y luego cayó; las partituras salieron volando y los audífonos se atoraron en algo que no tenía idea de lo que fuera, pero provocaron un dolor en sus orejas al arrancarse fuertemente. Comenzó a levantar todo el desastre y a buscar en dónde estaban los audífonos. Miró hacia arriba y notó que Gerard le veía con un rostro divertido y despreocupado. Le lanzó una mirada con enojo -aunque estaba disfrazando la felicidad que en realidad sentía- y su expresión cambió a una preocupación fingida. Estiró su mano para que Frank la tomara y se pudiera levantar, mientras soltaba una media sonrisa.

La cara de Frank parecía entonces la de un niño haciendo berrinche. Gerard no podía evitar sonreír ante ese gesto.

Frank ni siquiera tuvo tiempo de derretirse ante aquella sonrisa, aunque bien sabía que Gerard no lo hacía con otra intención más que por cortesía.

"¡Frank! Me da gusto verte." Dijo con una sonrisa amable. Para ocultar su nerviosismo prominente, Frank decidió terminar la conversación lo más pronto posible.

Frank se había sonrojado, y esa acción podía poner de buenas a todos. Incluso a Gerard, que siempre tenía una actitud hostil con la mayoría de la gente.

"Eh, sí. Lo siento, tengo muchas cosas que hacer." Intentó decirlo de la manera más fría posible. Al menos, dio resultado.

"No tienes que ser cortante conmigo, Frank." Le frustraba su actitud "indiferente". ¿Acaso Frank era tan reservado? Quería hablar con él, o jugar videojuegos o lo que fuera.

"Ah, lo siento." Frank bajó la mirada. Ese movimiento hizo que Gerard sonriera de nuevo. A veces, su nerviosismo lo ponía a imaginar que estaba enamorado secretamente de él. "Tienes una gran imaginación, Way" se dijo a sí mismo.

"Mi jefe te ha echado un ojo. Dice que eres talentoso" Soltó una risilla "Supongo que tiene razón. Quiere ofrecerte un trabajo de medio tiempo." Frank no podía evitar emocionarse. Sonrió ampliamente. Gerard trabajaba dibujando cómics, y en una disquera pequeña: Eyeball Records. Aunque fuera un tanto irrelevante, era una buena plataforma para iniciarse en el mundo de la música.

Maldito seas, Gerard Way. || Frerard FanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora