Las palabras que no puedo decir

Desánimo

De repente te encuentras tirado en tu cama, con los ojos abiertos viendo hacia arriba, pensando... No tienes ganas de hacer nada, no quieres levantarte, no quieres hacer tus deberes, no quieres moverte, ni siquiera quieres respirar.

Volteas a ver a tu alrededor, estás solo, una vez más, no es de extrañarse. Todo el lugar está en silencio, ves tu celular y no hay nada, nada que ver, nadie a quien responder... Solo te sirve para ver los minutos pasar, cómo tú tiempo se va de poco en poco, hasta que se vuelve oscuro.

Quieres hablar, quieres decir, quieres arreglar todo... Pero no puedes, te detienen, estás al margen de todo, eres impotente, pues cuando pudiste hacer algo solo lo empeoraste.

Estás mal, están mal, todo está mal, todo por tí. Ni ganas tienes ya de enojarte o llorar, no tienes fuerzas, no tienes nada.

Soledad es lo único que te queda, pensamientos oscuros, ruido interior, dolor, todo provocado por tí.

Que se hace ahora? Que sigue? Y si, solo desaparezco y ya? Cuánto bien generaría mi partida?...

Tus pensamientos se interrumpen, tu mente está cansada, te quedas en blanco... Silencio... Oscuridad... Miedo... Ira... Nada...

Ya no hay nada en ti, eres un cascarón vacío que se trata de llenar llenando a los demás, pero aún así no funciona. Un paso en falso y todo vuelve a empezar, todo siempre termina igual, justo cómo estás, sin ganas de nada, acostado... Muerto.

Mi sangre se vuelve espesa, siento que me pesa mientras pasa por mis venas. Una presión me llena todo mi ser, hasta lo más profundo de mi alma.

La ventana está abierta, el frío me abraza bruscamente, no sé cómo pero el frío me calma, me redime... Lo merezco, sufrir frío, hambre, sed, no pienso moverme para saciar mis necesidades porque no lo merezco, no merezco nada...