¡Papá, Te Amamos! [Terminada]

13| Visitas Maliciosas

Categoría: T

Nota: ¡Sopa de caracol!

La chica de sudadera camuflada parecida a los colores que usa el Ejército americano, decidió entre maldiciones, pedir ayuda a la última persona con la que quería hablar y ver en este lugar. Su padre.

Después de todo, es el único conocido que tenía en Royal Woods, además de ser la única familia que tiene en estos duros momentos.

No pasaron más de diez minutos desde que Laika realizó la llamada a su Padre, que a lo lejos ya se podía visualizar una camioneta blanca. Está claro decir que las indicaciones de Laika no son las mejores del mundo, haciendo que Lincoln la tuviera que buscar por intuición con base a lo que había escuchado tras la vía telefónica.

La joven se sorprendió al ver la camioneta frenar a un costado de ella. Sin más, Lincoln salió por la puerta del conductor, y al lado suyo estaba una niña rubia sentada en el asiento del copiloto. Estaba dormida. Laika dejó a un lado las formalidades pasando a un lado de Lincoln, abrió la puerta de la camioneta, no sabia si la camioneta era o no de él pero si la está manejando no hay otra razón para dudar, se sentó en el asiento que estaba más alejada del conductor. No quiso preguntar nada sobre la niña que estaba durmiendo plácidamente a un lado del asiento del conductor. El hombre de cabello blanco suspiró con sentimiento de rechazo. Para él, que te ignore tu propia familia es un golpe muy bajo, pero el no era alguien para hablar de eso. . . ¿cierto?

"¿Dónde te quedarás?" Lincoln rompió el silencio incomodo entre Padre e hija. Aunque el hombre tuviera buenas intenciones en comenzar un corto dialogo entre él y su hija, esta no parecía querer colaborar; Laika no respondió. "Sí no tienes aún un lugar donde pasar el día; puedo prestarte mi casa. No está tan lejos de aquí. . ." La joven, aunque interesada, se mantuvo en silencio. No quería hablar con el hombre que se hace llamar su Padre ni mucho menos pareja de su Madre. "La casa está sola, por el momento estoy con. . . tengo algunos asuntos que atender. Así que no estaré un tiempo en la casa, creo que el polvo me esta tomando ventaja. Espero que no dañe mis consolas"

"¿En serio?" Lincoln sonrío. Ignorando lo último que había dicho Lincoln sobre su consola, Laika parecía algo interesada en quedarse en aquella nombrada casa que por el momento esta sin uso. La chica al notar lo que había dicho se giró para ver por la ventana tratando de fingir total desinterés.

"Mira. . ." Lincoln le lanzó una copia de las llaves de su casa. "No te voy a obligar. Pero al menos sé que estarás más segura si aceptas mi bondad."

". . . Lo pensaré." Para Lincoln, eso fue más que suficiente.

"Entonces. . . ¿donde quieres que te deje?" Miró por el retrovisor.

Los ánimos de la chica no parecieran ser los mejores para una adolescente. "En la casa de Mamá." Pidió ella. "Tengo las llaves de ahí. Solo quiero recoger algunas cosas, es todo." Dijo ella.

El albino solo pudo guardar silencio. Se quedó contemplando por cierto tiempo a Laika, ¿hace cuánto no la a visto? La última vez fue como en su cumpleaños número cuatro. . . tal vez. Él no lo recuerda bien. Su mente es un manojo de recuerdos revueltos uno entre otros. Su vaga memoria solo podía recordar las estupideces que decía y hacía a cada hora del día. ¡Como aquella vez! ¿No se supone que cuando un ser amado esta pasando por momentos duros, uno debe apoyarlo? Entonces por qué Lincoln les da la espalda, eso acaso es normal para su perturbada moral. No lo sé, él tampoco. Becky no pudo equivocarse de hombre, no, el se equivocó al no elegir a sólo una. ¿Porqué debe hacer sufrir a todas? Ni sádico ni psicópata, no es nada de eso. Cualquier mujer que se apiadara de él era un buen escape. ¿No es asi? Por qué no le preguntamos a Sam. . . o a Maggie, si tal a sus hermanas. . . o mejor aún; ¿y si le preguntamos a cada mujer de esta ciudad, si a tenido algún rose con el hombre de cabellera blanca? Seguro dirán: ¡que don Juan! Pero es cierto. Al igual que las drogas, el sexo es un vicio que te deja con ansias de más, te hace buscar de otras maneras; maduras, difíciles, fáciles, por dinero, alcohol, aveces hasta más joven es que uno. Puede que este exagerando, puede que no.