Algunas personas suelen creer que las redes sociales son estupidas, que no sirven para nada, que son ridículamente raras, y que no tienen sentido alguno. Pero es su opinión, porque la moneda siempre tiene dos lados, y pues por uno, hay personas que realmente les sirve comunicarse por medio de tecnología.
Y este es el caso de la segunda cara de la moneda.
Una red social, pudo hacer algo muy importante en mi existencia. Algo que me marcó, que me dejo una enseñanza.
Solamente una frase, cambió mi vida.
Ahora les presentaré la historia del amor de mi vida: Andrew.
Esto comienza desde algo muy simple.
[*]
No puedo aguantar más esto. Problemas, problemas y problemas.
Ver a las chicas pasar, riéndose y empujándose entre sí, y pasandola bien no es muy lindo para mí. Y más si sé que nunca tendré novio, o más bien que mi felicidad está muy lejos de aquí.
He estado sola. Me alejé de mis amigos y la soledad llegó de inmediato, ¿cómo llegó tan rápido? No lo sé, solo quiero que se vaya.
Miré al suelo y respiré hondo.
《Tranquila, la soledad es tu mejor amiga》
No paraba de repetirme eso una y otra vez. Pero aún no me caía eso en la cabeza;
porque no es así.
Chicas con sus novios, tomados de la mano, besándose, dándose amor mutuamente. Algo que creo que nunca voy a poder hacer debido a mi soledad.
No puedo imaginarme a mí y a un chico tomados de la mano y dándonos amor, no puedo imaginar a alguien amándome de verdad.
¡Soy demasiado complicada! Cualquiera diría que ni yo puedo soportarme. Pero es una rutina que sigo desde hace un tiempo atrás y no me ha dado más problemas, al menos no con alguien que no sea yo.
Sonó el timbre, haciéndome salir de mis pensamientos que poco a poco me iban hundiendo cada vez más.
Subí la escalera y choqué con una chica de mi clase, y eso es realmente lo único que sé sobre ella.
Con nerviosismo bajé mi cabeza y metí mis manos al bolsillo.
- En serio lo siento...
Sentí que ella no decía nada y me dio mucho más nervio y sentía mis mejillas más calientes de lo usual.
Vamos, di algo...
Su silencio me hizo estar dispuesta a avanzar, pero me toma del brazo y pega su cuerpo en mí, dándome abrazo inesperado.
¿Pero qué...?
- ¡Miranda! —dice apretándome y moviendome de un lado a otro— Lo siento, no te ví... —hace un puchero y junta sus manos en forma de disculpa— no vayas a creer que fue intencional, ¡realmente que no! —emitió una risa un poco muy falsa y yo seguía sin entender— ya no puedo hacer ese tipo de cosas aquí, ya estoy advertida y no quiero irme de esta escuela aún... — guiña un ojo y me mira sonriente. Yo asiento fingiendo algo de interés. Pensé en darle una sonrisa pero no pude hacerlo. — Oye, ¿vamos en la misma clase, no es así?
Mi pulso aumentó al saber que debía responder algo. No había entendido nada durante todo este rato y lo único que pasaba por mi cabeza era salir de aquí.
- Mhm, S-sí... de hecho...
- ¿En serio? —me interrumpe de golpe sacando su teléfono de inmediato— ¿y nunca te he pedido tu número? —hizo un escaner completamente rápido a su celular— ¡y no te he agregado a nada!
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AMOR SUICIDA
Teen Fiction-Estaré contigo. -¿Desde dónde? -Desde el cielo. Hay veces que las personas, desean tener algo. Ese algo es por un motivo. Millones de motivos de personas, rondan por el mundo. Pero el motivo de Miranda era uno solo: Ser feliz.