Capítulo 6.

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Agradecí y me acomodé en el colchón con el celular entre mis manos. Necesitaba distraerme, y pensar en que todo iba a estar bien, que todo se va a solucionar en muy poco tiempo. Pero sabía que no era así y que no debía meterme esas ideas en la cabeza y es que ¡maldita sea no puedo verle nada bueno a esto!  No podía creer que mi papá nos hiciera esto. Era increíble, y estoy segura de que nunca lo perdonaré, sea con terapia o no, nunca más le perdonaré. No lo digo por mí, si a mí me hubiera golpeado, no me importaría, pero se metió con mamá, lo que es lo que más me enfurece. Mi mamá no se preocupa por mí, pero eso no es una excusa para que yo también tenga que hacerlo. Ellos tienen muchos problemas, demasiados para unos simples adultos con problemas económicos y una hija de la cuál deberían encargarse. Pero desgraciadamente no siempre las cosas son cómo deberían ser.

Abrí los mensajes de Facebook, y estaba colapsado; 50 mensajes de Andrew.

Él lo había presenciado todo desde la WebCam. Esperaba que no me juzgara por tal cosa.

"¿Estás bien?"

"¿Necesitas ayuda?"

"¿Quieres que llame a alguien?. Somos de diferentes países, pero no de un mundo diferente. Puedo hacer algo. De verdad."

"Solo necesito saber si estás bien y que puedes recordarme."

Esos eran algunos de sus mensajes, con mucha preocupación. Sonreí, aún con las lagrimas en mis mejillas y le mandé un mensaje.

-Tranquilo, estoy bien.

En un segundo él ya lo había leído y al instante comenzó a teclearlo.

-Ay, Dios. Me alegro mucho que lo estés.

-Gracias por tu preocupación. 

-No hay de que, Miranda.

-¿No presenciaste todo lo que pasó, verdad?

-La mayoría, pero tranquila, no le dire a nadie. 

-Está bien, gracias.

Tenía el corazón a mil, es impresionante saber que estás aquí por culpa de alguien de tu familia. A papá siempre lo quise mucho, pero él no a mí. Y ese era problema. Al igual que mamá, aunque si logro recordar, hubo un tiempo en el que ella si me quiso.

Como una madre quiere a su hija, o como ella debería serlo conmigo.

Me gusta la preocupación que Andrew tiene hacia mi, pues es la única persona que se preocupa por mí.

En la habitación de al lado estaba  mamá, y quería arrancarme de aquí y correr hacia sus brazos. Pero sé que ella no lo recibirá; debe de estar en una camilla con suero, o quién sabe qué, me apena que todo esto le pase a ella, y que esto me involucre, es muy chocante ser noqueada por tu propio padre.

Estaba recordando todo lo que pasó en casa y cómo papá me golpeaba, como sus puños se abalazaban sobre mí. Sin percartarme de ello antes, mi mano comenzó a tiritarme muy rápido y cada vez aumentaba su velocidad. Al parecer era un ataque de nervios. Me tomé la cabeza y enterré los dedos en mi cabello, para luego apretarlo fuerte. Estaba en el borde del colapso y eso me preocupaba. 

Y no quería llamar a nadie, solo quería ver a mamá.

Así que corrí a la puerta, cogí la perilla y la volteé. No estaba abierta, estaba con una clase de seguridad. Pero tenía que hacerlo. Tenía que verlo y esa seguridad no me lo iba a impedir. Recordé que tenía un clip en mi bolsillo y lo introduje en la perilla. Sabía que tener un clip en el bolsillo por 3 meses me serviría de algo.

AMOR SUICIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora