AMOR SUICIDA

Capítulo 13.

-Mhm.. -me safé de su agarre, y caminé hacia el otro lado de la habitación, mientras me tomaba el pelo con mis manos que estaban sudadas.

-Acabas de decir que soñaste conmigo.. -dijo persiguiendome al otro lado de la habitación- Uau, nunca creí que este momento llegaría.

-¿Cúal? -pregunté.

-En el que, una chica soñara conmigo. -respondió acercándose más a mí. Haciéndome sentir ganas de saltar por la emoción que me estaba dando.

Creo que no pude disimular mi emoción y quise seguir tratando de que él no se me acercara mucho. Era por precaucion. Tenía unas tremendas ganas de abrazarlo, y decirle que le quería demasiado cómo para no despegarme de él. Pero no podía, no podía hacerlo.

Se acomodó su cabello claro, y lo tiró hacia atrás. Cosa que me mataba. La habitación estaba oscura, pero aún así, sus ojos se veían geniales, estaban muy bien, eran hermosos, corrección, son hermosos. Desearía tener esos ojos, los envidio y amo a la vez. De tal forma que a en este momento no quiero dejar de mirarlo. Y espero que él no lo note. No podría superar la vergüenza, sabiendo que él sabe que me siento atraída hacia sus ojitos.

-Miranda.. -me llamó- como ahora me quedaré más tiempo aquí, quisiera recordarte que siempre estaré allí para tí. ¿Okay?, estoy calmado y muy relajado, no me gusta cuando las personas que me importan están mal, y no puedo hacer nada para poder remediar eso, de tal forma que yo me siento mal y todo queda para la embarrada. Lo que no quiero que pase, Miranda. Enserio no quieres verme triste, es demasiado raro que alguien me vea así, ya que, siempre intento disimular. A veces siento que escondiendo todo a veces es mejor. Pero luego me doy cuenta de que no es así, y es el peor error que puedas cometer. Así que si te pasa algo, o te sientes mal, sólo dilo. -dijo él, esbosando una sonrisa hacia un lado.

-Sí -dije riendo.

-Hey.. -dijo Andrew riendo al igual que yo- me enojaré contigo si no me dices, ¿eh? Porque o si no..

-O si no, ¿qué? -dije riendome.

-¡Te haré cosquillas eternas! -dijo mirándome con una cara rara, finjiendo ser un "psicópata", para luego acercarse más y tirarme al suelo y hacerme cosquillas.

Reía, reía, y no podía parar de hacerlo, estaba con la garganta cansada, y ya me había aburrido de mis intentos de tratar de sacarlo con la poca fuerza que tengo.

-¡Andrew, para! -exclamaba- ¡no puedo respirar -lo que acababa de decir era cierto, pero para fortuna mia y para desfracia suya: pude safarme. Y hice un pequeño salto del hombre araña que los niños pequeños aman, con un sentido increíble, el propósito de esto era darle a entender que yo había ganado.

Yo lo sé, me lo han dicho; los hombres tienen alguna fuerza más que las mujeres. Es decir que.. okay, está bien. Es sólo en algunos casos, ya que, ¿qué me dicen sobre las luchadoras profesionales que entrenan, entrenan y entrenan y ganan a hombres en el ring? Eso no es coincidencia, eso es sólo una verdad que a ellos les cuesta aceptar. Y que a mí, en mí opinión, suelo decir que no es cierto, y que sólo en algunas oportunidades suele pasar, por ponerles un ejemplo; a mi mamá le pasaba todo lo contrario, ella siempre tuvo menos fuerza que mi papá. Pero yo aún no estoy muy segura de ello, yo creo que todo esto de esconder su fuerza, fúe por miedo. Por ninguna cosa más. He visto a mi mamá luchar por eso de estar llendo al gimnasio, para tener mejor forma y cosas por el estilo y.. porfavor, ¡ella tiene fuerza! Sólo que no ha sido capaz de demostrarsela, de vencer su miedo hacia mi padre y mostrarle todo lo que ella puede hacer. No tengo nada en contra de mi papá, sólo que esta vez creo que estoy mejor con mi mamá que con mi papá. Pero es comprensible, es entendible el por qué, es entendible la razón, es entendible el propósito de todo esto.

Andrew seguía mirándome confuso por la pura razón de que yo me había safado de él, y bueno, yo también estaría un poco confusa se estuviera en su lugar, me gana por 1 año y es lo bastante alto como para tocarme con su uña y que eso provocara que yo saliera volando. Escuché un ruido proveniente de la habitación de al lado, y al principio puedo jurar que no me importó, pero luego recordé que mi mamá estaba en esa habitación. Mi corazón comenzaba a acelerarse cada vez más, estaba nerviosa, estaba exasperada. ¡Ella supuestamente estaba en coma!. ¡Esta era mi oportunidad para poder arreglar todo y de una vez por todas; ser felíz! Este era mi único deseo, yo quería ser felíz. Queria estar con mi familia, quería ser felíz con mi familia más adelante tal vez. Pero ahora no debía pensar en ello, sólo debía preocuparme de todo esto en este momento. No quiero estar en esto de esas chicas que buscan novio, de que lo único que quieren es ser popular o reconocida por estar con los chicos más lindos de toda la escuela. Es decir, ¿de qué te sirve eso, si no puedes ser felíz con lo que en realidad tienes que tener en prioridad?. Eso sería triste, pero sé que en alguna parte del mundo existen personas que están en esa situación, que lamentan haber caído en eso, pero no fúe su culpa, no fúe desde ese problema lo que ocurrió con ellos, o ellas si de chicas se tratara. A veces las personas tienen muchos más problemas de lo que uno se imagina, incluso más que los míos, y eso no está bien. Y la mayoría intenta disimular todo con una simple sonrisa que sólo sacas son estirar tu cara de oreja a oreja mientras mueres por dentro. ¿Eso está bien? Puede que sí y puede que no. Pero uno no es nadie para estar decidiendo eso, la persona que está undida en eso es la que debe saber que camino tomar. Si el malo o el bueno. Exactamente es sólo una desición, que puede cambiar las cosas.

Me moví rápidamente hacia la puerta en dónde supuestamente estaba el seguro, pero al tomar la perilla de la puerta, me doy cuenta de que en realidad no es así. Y recuerdo el por qué; cuándo Andrew entró a la habitación y casi me da un ataque de epilepsia por ver su cara, la psicóloga se nos quedó mirando un pequeño tiempo y luego se largó sin hacer nada más. Y no recuerdo haber escuchado el sonido de los mecanismos cerrarse. Pero no creo que ella no se halla percatado al respecto, esto debe tener algo que Andrew y yo no sabemos, pero que pronto y sin duda vamos a descubrir.

Los recuerdos comenzaron a llegar más rápido de lo que yo creía, muy rápido. Y eso no me hiso pensar muy bien mis acciones, y sólo apreté con más fuerza la manilla para abrirla y la giré con fuerza, pero algo me detuvo.

-¿Estás conciente de lo que haces? -la voz de Andrew cerca de mí me ponía de pelos. Pero se me pasó al instante.

-Sí. -dije y salí corriendo a la habitación de mi mamá.

Las alarmas comenzaron a sonar, cada vez más fuerte, cosa que nunca antes había pasado. Nunca tanto. Y una vez dentro, antes de estar completamente decidida a cerrar la puerta con llave, y ver a mi mamá que estaba a mis espaldas, alguien entra. Pegué un salto tremendo, ya que pensé que sería un guardia, pero me dí cuenta de que era Andrew. Lo miré seria al principio.

-Porfavor no te enojes, sólo quiero estar contigo para estar allí cuando tomes alguna decisión si algo llega a pasar. -dijo entrando a la habitación y llendo hacia mí.

Esa oración no me sonó muy bien, entre esas palabras había algo oculto que talvez preguntaría luego; depende de qué pasaría ahora.

-Miranda. -una voz femenina invadió mis oídos. La misma voz que alguna vez me quiso, la que extrañaba escuchar regañarme, o aveces nisiquiera hablarme. De todas formas, ella era mí mamá. Y debía respetarla, y quererla a pesar de todo.

-¡Mamá! -exclamé y me dirji hasta ella- ¡te extrañe mucho!

Ella me abrazó y pude sentir algo que no sentía hace años;

El amor hacia mamá.

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