Capítulo 36

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––¿Taehyung?


Observé al Alfa frente a mis ojos y mi corazón se aceleró al confirmarlo, él salía de la cocina con sigilo, como si realmente no pudiera creer que se trataba de mí, que era yo quien estaba parado justo frente a él. Mordí mi labio inferior, conteniendo a mi Omega que me pedía a gritos lanzarme sobre el enojado Alfa, enojo que fue desapareciendo hasta que solo sentí su alivio, emoción y su característico aroma enloquecerme.


Bajé la mirada en una señal de sumisión cuando se fue acercando, su pecho se inflaba y se desinflaba con exageración hasta que una de sus manos se estiró para tocarme, ahí fue cuando lo noté, sus nudillos sangraban.


––Oh mierda. Taehyung ¿Qué te..?


Pero no alcancé a decir nada más.


A pesar de sus manos heridas, él tomó mis mejillas y empujó sus labios sobre los míos, hundiendo su lengua entre estos, me besó sin importarle absolutamente nada más, con toda la intención de robarme hasta el último aliento. Mis manos temblando de la emoción se colocaron sobre su fuerte pecho mientras las suyas bajaron, acariciando mis costados y afirmándose en mi cintura, acercando mi cuerpo al suyo con exigencia.


––Jungkook. ––Dijo mi nombre y sentí como todo el dolor desaparecía. Mis ojos se humedecieron y lágrimas salieron de estos a pesar de que los tenía cerrados, me derretí solo con el simple sonido de su voz antes de que me besara otra vez, haciéndome jadear.–– Mi Jungkook. Bebé.


Entonces escuché sus latidos acelerados y sentí su cuerpo igual de tembloroso que el mío, sus dedos trataban de hundirse en mi piel, sabía que ansiaba hacernos uno para tranquilizarse, confirmar que no me iría, lo sabía porque yo sentía exactamente lo mismo. Lo oí gruñir, Taehyung se separó de mis labios con un gesto afligido y cuando nos miramos a los ojos, noté la oscuridad lujuriosa de su mirada, mientras jadeaba, abriendo y cerrando la boca, tratando de organizar las palabras para poder hablarme.


––Está bien. ––Mis manos se pasearon por su cuello hasta su cabello, juntando nuestras frentes, respirando aceleradamente contra su boca.–– Tam... También lo necesito. Hazme tuyo, Tae.


Todo ser humano sabía que no había forma más posesiva para un Alfa de marcar su territorio que follando a su pareja, claro que la marca era buena, pero el acto sexual de ser uno solo y de bañar mis paredes internas cuando su nudo se encuentre en su punto máximo le transmitía la tranquilidad de saber que mi cuerpo le pertenecía. Taehyung quería eso, lo olía, y no solo por la necesidad de quitar de mi cuerpo el aroma de otros Alfas, ya sea por la ropa que usaba o por culpa de Jackson, sino porque también no se calmaría hasta que lo hiciera, centrando cualquier enojo, fastidio, ira o sentimiento negativo para que desaparezca durante el acto sexual, era una forma de desahogarse; y sinceramente no me molestaba.


––Te necesito tanto. ––Jadeó, llevando sus manos al cuello de la camisa que yo traía puesta y en dos movimientos rompió la tela, abriéndola como si estuviera bajando el cierre de alguna sudadera. Sentí la temperatura de mi cuerpo aumentar y antes de volverme a lanzar hacía sus brazos, lo detuve tomando sus manos, oyéndolo gruñir por lo bajo, mostrándome uno de sus pequeños colmillos, mientras mi respiración jadeante se hacía presente. Sin embargo no me dio miedo. Él nunca me daría miedo.


––Es-Espera. ––Maldición, lo necesitaba tanto dentro mío de una vez.–– A-Arriba ¿Si? En la cama... Por favor. ––Aunque el piso o la pared servía en otras ocasiones, yo quería la comodidad de un colchón, tendría cuidado con nuestro pequeño bebé, al menos mientras lo pudiera recordar y  me olvidara hasta de mi nombre cuando Taehyung me esté haciendo suyo.


Los labios de Taehyung tomaron los míos de nuevo en un rápido beso antes de que obedeciera, él me quitó el resto de la camisa rota y entonces me cargó entre sus brazos con facilidad. Cerré mis ojos cuando empezamos a subir las escaleras y me dediqué a olerlo, sí, ese era el aroma que tanto había extrañado.


Si había muerto en algún lugar del bosque y estaba viviendo un sueño, no quería que nadie me despierte.


Al dejarme caer en la cama, no fue tosco, sin embargo cuando casi me arrancó el pantalón y la ropa interior sí lo fue, la tela quizás hasta raspó mi piel pero no me importó, él se quitó sus prendas también, sin dejar de mirarme, casi ni pestañeaba. Sabía que temía que desapareciera. Su perfecto y firme abdomen lucía tenso, con una ligera capa de sudor, marcando algunas venas de sus brazos apenas se apoyó hacía adelante, colocando sus manos a los lados de mi rostro.


––Joder. ––Lancé una maldición al tener su cuerpo desnudo encima, separé mis piernas por instinto deseando recibirlo.


Ya estando completamente desnudos, Taehyung se colocó sobre mi cuerpo y hundió su rostro en mi cuello, frotando su nariz contra mi piel. Mis manos se pasearon por su espalda, sintiendo la tensión de sus músculos y le permití continuar frotándose contra mí. Él me llenaba de su olor, besando los rincones de mi piel que al parecer, para él, necesitaban ser besados.


Pero en medio de todas esas caricias, su entrepierna también chocaba con la mía, su erección se frotaba contra mi duro miembro, una y otra vez, excitándome, dejándome completamente todo su olor y su calor, ansiando mucho más de eso, sabiendo que era capaz de correrme solo con él moliéndose contra mí de esa forma tan sensual. Y entonces la excitación me llevó a otro punto cuando mi entrada empezó a lubricarse para él.


––Me perteneces. Eres mío. Mierda. Mío. ––Oí su voz mientras repartía besos, sus manos tomaron mis piernas y las separaron más, cada una a los lados de su cuerpo, dejando que su erección roce justo entre mis nalgas, buscando mi entrada. Mi polla tembló al ya no sentir su contacto, pero me gustó la nueva sensación, solo con ese simple tacto mi ano vibró y liberó fluidos, humedeciendo su glande, alistándome lentamente para él.


––Oh por la... ––¿Cuánto había anhelado tal contacto? Sentía que habían pasado siglos sin recibirlo y mi cuerpo exigía ser tomado por ese Alfa.


La verdad era que me hacía una idea de cuan posesivos podían ser los Alfas, pero jamás había  conocido a uno que se encontrara en esa etapa en la que su animal interno dominaba su cuerpo y perdía casi cualquier toque de cordura. Por ello, no vi venir cuando su polla se deslizó con rapidez y fuerza por mi agujero, penetrándome de una sola y profunda embestida.


––¡Ah! ––Solté un fuerte grito y arquee mi espalda al sentir como invadía todo espacio sin la lubricación suficiente, sin cuidado, solo poseyendo mi cuerpo a su total antojo, tal cual un animal en celo. Fue mi culpa quizás, no estaba tan lubricado como esperaba o es que el movimiento fue muy agresivo, pero de cualquier forma, dolió y me encantó que doliera.


Llevé mis manos a mi boca antes de volver a gemir pero él me detuvo, con solo una de sus manos, tomó las mías y las colocó sobre mi cabeza, apoyándose en la cama.–– Tae-Taehyung. ––Empezó a moverse con lentitud, suavemente, empujando su miembro una y otra vez, tratando de forzar mis paredes a recibirlo, hasta que inició con las duras embestidas.–– Joder, Taehyung.


Aún dolía, aunque sabía que era solo cuestión de que mi cuerpo termine de lubricarse por su cuenta, pero mi Omega no quería que parara, él amaba esa rudeza y ese salvajismo, la falta de cordura de Taehyung me ponía a mil, con mi erección totalmente dura moviéndose al compás de su profundo vaivén.


Parecía un animal que amaba ser sometido o que le demostraran quien mandaba. Y era entendible, más allá de la rebelde personalidad de cualquier Omega, teníamos ese mismo lado que deseaba ser el sumiso de su Alfa y adoraba que este se entretenga con su cuerpo a su antojo.


––Mío. ––Gruñó, capturando mis labios en otro beso. Gemí ahogadamente, mientras trataba de que mis piernas se abrazaran a su cintura y así mi parte baja ganara algo de altura, hundiéndolo más, dejando que su miembro se empuje con rudeza y persistencia sin siquiera salir a tomar impulso, solo yendo más y más adentro.–– Mío. Mío. ––Repetía una y otra vez cada que nos separábamos para respirar.


––Ah, s-sí... Má-Más... Lento. –– Necesitaba un respiro, sentía que realmente él estaba acabando conmigo, consumiéndome con sus salvajes embestidas y sin embargo, como si mi cuerpo no obedeciera a mis pensamientos, mis piernas se tensaban más, buscando que llegue a donde nunca antes había llegado, que me marcara, que profundizara tanto para que siempre quede su recuerdo dentro de mi cuerpo. Mi Omega aullaba de felicidad, de placer, liberando tal cantidad de feromonas que no dudaba terminaban excitando más al imponente Alfa que me poseía.–– ¡Taehyung!


«Mi hermoso Alfa.»


Me olvidé de todo, de la razón por la cual le pedí que fuéramos a la cama, del lugar donde había estado las últimas horas, o de su ausencia. De Sung Ryung, Jackson, Lay, Eun Bi, de todo lo malo. Mi mente se nubló y solo su imagen aparecía en ella, el rostro de mi Alfa sudoroso y serio, embistiéndome sin compasión.


––Te lo voy a hacer tan fuerte, Jungkook. ––Susurró con su voz rasposa, cargada de placer. Lamió el lóbulo de mi oreja para luego pasar su lengua por mi cuello y ni una parte de él vaciló cuando hundió sus dientes en mi piel, justo sobre lo que quedó de la marca de Jackson.


Ladee mi cabeza en una completa señal de sumisión y para darle más espacio, mientras él enterraba sus colmillos hasta que sentí esa mordida cargado de dolor y de placer, fue algo más allá de cualquier otra cosa que haya experimentado. Taehyung no se detuvo incluso cuando yo sabía que ya estaba sangrando, mientras su pene bombeaba mi entrada sin piedad y el sonido sordo de nuestros cuerpos chocando se intensificaba.


Y así fue, algo por lo que habíamos esperado tanto tiempo sucedió de un segundo a otro sin siquiera esperarlo, sin embargo, fue tan mágico como en cada una de mis fantasías y más, era como recibir la mordida del príncipe en los cuentos de hadas, donde sentías las mariposas, los fuegos artificiales y tu acelerado latir hasta que casi el corazón quería salir de mi pecho, eso más este mismo príncipe follándote sin piedad, claro.


Quería decírselo, deseaba tanto decir en voz alta que ese fue el mejor momento de mi vida, pero no tenía voz, simplemente de mi boca no salía palabra coherente que no fuera su nombre.


Un segundo después yo ya no estaba consciente, ya no podía pensar. Salí de la realidad a un lugar en donde todo se centró en: Mordida. Placer. Dolor. Amor. Taehyung. Palabras que se repetían una y mil veces mientras mi corazón dejaba de latir para empezar a latir a un ritmo diferente, igual de acelerado, pero diferente. Taehyung se empujó un par de veces más antes de que su nudo se hiciera presente, mientras se corría.

The Perfect Omega Taekook/VkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora