Capitulo 5

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Debía llevar unas 100 vueltas en la cama y el sueño no se decidía a aparecer, mi cabeza no es capaz de asimilar como han cambiado las cosas de un modo tan drástico en tan solo tres días; he pasado de tener cientos de oportunidades para empezar de nuevo a estar atada a un destino como…. ¿Cómo que? Mi única responsabilidad ahora será traer un niño al mundo para que sea un nuevo cazador, Dios, voy a ser una yegua de cría .Aunque… al pensar en Rhyfel y en mi, buff, calor, calor, calor.

Decido huir de la cama antes de que mi mente comience a divagar, camino descalza hasta el balcón y me apoyo contra la barandilla, una suave brisa me acaricia, el camisón que llevo se mueve alrededor de mis muslos.

-¿Por qué cada vez que pienso en ti siento esta inquietud que me recorre entera?

El aire que me rodea trae un olor familiar, un olor a…. no puede ser…. tabaco turco. Me giro rápidamente y junto a la puerta del balcón veo apoyado a Rhyfel.  No lo he visto al salir, es como un fantasma.

- Se te esta haciendo costumbre el aparecer de entre las sombras- No sé que me ocurre pero cada vez que lo veo siento menos temor de él, solo unos nervios que aun no he decidido si son buenos o malos.

No dice nada, solo me mira, veo como sus ojos me recorren de arriba abajo y lleva el cigarro a la boca muy despacio, ahí vienen los nervios de nuevo.

-¿No tienes frio con ese camisón?

Me miro la ropa y me doy cuenta de que no me he puesto la bata, solo estoy cubierta por el fino camisón de tirantes blanco, descubro que es tan fino que se transparenta y me giro para que no pueda verme. Le siento moverse a mi espalda y oigo un suave ruido de ropas, al instante siento que  mis hombros son cubiertos con su suave chaqueta de cuero, el calor de la prenda me rodea y es como si él me estuviera abrazando.

Aun tiene las manos en mis hombros y me los frota suavemente, se inclina ligeramente sobre mi oreja derecha y me murmura.

- Vete a descansar yo cuido de ti- me manda marchar pero noto que le cuesta despegar las manos de mis hombros.

-¿Cuidarme de qué?- Me giro y me quedo muy cerca de él, estamos mirándonos a los ojos.

- De lo que sea, no voy a permitir que nada te haga daño.

-¿Por qué eres así?- Él es un cazador, un asesino y conmigo siempre tan suave.

Da un pequeño pasito hacia mí, me toma la cara con las dos manos y apoya su frente sobre la mía, lo veo cerrar los ojos y soltar el aire.

- ¿En serio no te has dado cuenta?- Sonríe- Esta bien, te daré una pista.

Gira levemente su cabeza y ahí están, sus labios sobre los míos, son cálidos y suaves. Una especie de corriente eléctrica me recorre entera y noto como mi cuerpo va entrando en calor, la excitación que siento no se puede comparar con nada de lo que haya sentido antes y con un valor que no sabia que tenia pongo yo también mis manos en su pelo, es suave.

Rhyfel al notar mi acto decide profundizar el beso, y noto sus labios moverse sobre los míos y su lengua se abre paso a través de mi boca, una de sus manos se desliza por mi espalda y se queda posada al final de mi cintura, me aprieta levemente y yo me pego mas a él. Que decidida me he vuelto.

Mi movimiento parece que le enciende aun mas y el beso se hace intenso, mas duro, húmedo; me siento arder, quiero devorarlo, que me devore, no me importa nada salvo que me siga besando. Sus manos, al igual que las mías, no paran de moverse y noto que me levanta del suelo, al mismo instante mis piernas se enroscan en su cintura, noto como su chaqueta se cae de mis hombros y no me importa. No me reconozco, es como si estuviera sedienta y sus labios son lo único que puede saciarme.

No soy consciente del momento en el que entramos en la habitación pero de pronto estoy tumbada en la cama y Rhyfel esta sobre mi. Sus labios se separan de los míos y emito un leve ruidito de protesta.

-Solana, no hagas esos ruidos o lo que tengo que hacer ahora va a ser mucho más difícil- Su mirada verdosa esta posada en mi, es como si quisiera leerme la mente.

No se mueve, solo me mira y yo empiezo a preocuparme, ¿será que no le gusta lo que ve? no lo creo noto en mi cadera la prueba de que si le gusto y mucho. Es enorme.

-¿Ocurre algo?

-Tengo que parar o vas a odiarme por la mañana.- Se levanta de la cama y yo me quedo confundida.

Me levanto y le sigo hasta la puerta del balcón, donde se ha quedado apoyado, le oigo respirar agitadamente.

-¿He hecho algo mal?- La seguridad en mi misma no es una de mis virtudes y que me rechace así me esta haciendo polvo.

-¿Algo mal? No pequeña, eres perfecta, tu pasión es perfecta, toda tu eres perfecta- camina por la habitación, alejándose de mi, su cuerpo esta tenso y parece un león enjaulado- no puede ser así, será después de la boda, como tiene que ser, es lo que mereces, aunque me muera de deseo y dolor por ti.

Me he quedado muda, nunca hubiera esperado tanta… ¿delicadeza? por parte de Rhyfel, mi futuro marido esta ganando puntos.

-Sera mejor que me vaya o mis buenas intenciones se van a esfumar- Se da vuelta y me mira, creo que esta intentando memorizar mi imagen- Buenas noches amor.

Sale por el balcón y le veo saltar hacia abajo, corro detrás para asomarme y ver si esta bien, lo veo alejarse lentamente y perderse en el bosque.

Este hombre me confunde y cada vez recuerdo menos por qué quería huir de él, que tonta he sido al tener miedo.

Al regresar a la habitación encuentro su chaqueta tirada en el suelo y me la pongo, huele a él; me recuesto en mi cama con ella puesta y me imagino que el me abraza, a los pocos minutos me quedo dormida, con una sonrisa en los labios al recordar que me ha llamado amor.

EL AMOR TE PERSIGUEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora