Capítulo 3.

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Me acerqué a ellas, sentándome cerca al pequeño círculo que formaban.

—Tu pelo.—articuló Jessica.

Sacudi la mano restando importancia. Ella enarcó las cejas antes de aclararse la garganta.

—Kimberly, ella es Crystal. Crystal, Kimberly.

—Puedes llamarme Kim.—me dijo sonriendo.

Asentí elevando ligeramente la comisura de los labios. Alguien que no intentaba contacto físico.

—¿Con quien estabas?—preguntó Juliet sin apartar la mirada de Jessica.

—Emm... Se llama Mark.—dije no muy segura de si eso valía como respuesta.

—¿Lo conoces de antes? ¿Tu novio?

Las miradas entre ella y Juliet empezaban a aturdime, dificultando mi capacidad de comunicación.

—No... Lo acabo de conocer.

De repente, un chico salió por detrás, sobresaltandome.

—Cuanto tiempo. —sonrió a Jessica.

—Oh, Cole... Claro. Y sabes porqué fue, ¿no? Necesitaba mi espacio, además ya no quería...

Pero él ya no la escuchaba, se había vuelto hacia a mi, mirándome como algo... Nuevo.

—¿Cómo te llamas?

–Crystal.

—Oh, un nombre precioso.

Me crucé de brazos cuando vi sus manos acercarse a mi muñeca.

Jessica me iluminaba con la mirada. Estaba claro que no le gustaba que le quitaran el protagonismo.

—Nueva en Berenice, ¿verdad?

Asentí.

La conversación de Cole empezó a convertirse en una especie de interrogatorio nada agradable... Hasta que Kim, notando mi incomodidad, me liberó de él.

—¿Te vas?—preguntó Jessica aún enfurruñada.

—Si, me regreso a la habita...

—Voy contigo.—me interrumpió Cole, enfureciendo más a Jessica, mientras Kim lo miraba boquiabierta.

—¿Qué? No gracias.

†††

—Los guisos y frituras estan de muerte.–dijo Kim, entusiasmada.—¿Qué quieres?

Estábamos en el.comedor. Cole me había llamado para ir a comer con él y Juliet y Jessica y... No. Por suerte, Kim me libró del apuro al venir conmigo.

—Soy vegetariana.—dije tímidamente.

—Oh, no lo sabía...

El menú era bastante amplio, por lo que acabé eligiendo un puré vegetal y una manzana. Kim se entretuvo cogiendo de todo un poco.

—¿Eres amiga de Jessica?—preguntó cuando estábamos ya sentadas.—No los tiene... No como tú. Es decir, va con "divinas".

—Si es así, ¿porqué vas con ellas?

—Dime tú una forma mejor de conocer a la gente.

Sonreí de acuerdo con ella.

—¿Y que hay de ti?

—Creo que lo mismo.—respondí.

Asintió distraidamente, mirando alrededor.

—¿No comes con el chico ese?

—No, no, sólo... Me acompañó antes... Será porque nos chocamos antes...

—Tu pelo...

Suspiré. Otra vez.

—Lo se, lo se. Es .... Normal.—dije, retorciendo uno de los mechones entre mis dedos.

—Jessica habló de eso... ¿Te suele pasar?—tras unos segundos de silencio, siguió:–No respondas si no quieres.

—Me pasa a menudo...—respondí finalmente.— Lo que no sé es el porqué.

—Oh... Que guay. ¿Eliges tú el color?

—No. Yo no hago nada.

El tema sobre mi pelo se dejó en ese momento. Terminamos de comer, vaciamos las bandejas antes de volver a las habitaciones.

Nos detuvimos frente a la mía, que era la primera.

—Nos vemos mañana.

—Claro.—sonrió— Y a ver si me presentas a Mark.

Sentí que me sonrojaba.

—Si... Claro...

—¡Ya está!—gritó entusiasmada— Ops. Cuando te sonrojas, las mechas son también rojas.

Atrapé uno de los mechones comprobando lo que acababa de decir.

—Bueno, mañana te veo.—se despidió, con una sonrisa de autosuficiencia.

Entré, encontrandome a Jessica aún con un gesto no muy amable.

—Esta noche nos reuniremos en el jardín. Chicos y chicas. Como bienveni...

—Me alegro.

—Puedes venir.

—No, gracias.

—Estará Cole.

—He dicho que no.

CrystalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora