iv.

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Están demasiado cerca. Pecho con pecho. Sintiendo los latidos desbocados de ambos corazones chocar contra ellos. Sus alientos mezclándose contra sus labios rozándose en un tacto suave como los pétalos de las rosas con las que a Felix tanto le gusta decorar su habitación. Y Christopher está totalmente seguro que es por ello que Felix siempre huele tan delicioso.

—Voy a besarte— Christopher anuncia en un susurro ronco que estremece totalmente al contrario— ¿No saldrás corriendo? ¿Cierto?— pregunta, porque es seriamente necesario. Él no quiere tener que arrepentirse de haber asustado a la persona más importante en su vida, solo por no haber podido controlar sus impulsos.

Sin embargo, Felix niega. Su esponjosa lengua rosada relamiendo sus finos labios—. No.— responde, y su voz es un hilo de nervios temblorosos.

Y entonces sus labios se juntan, y todo a su alrededor se derrumba. Cada uno de sus movimientos se vuelve lento y lánguido, los jadeos abandonan sus bocas y el calor se acumula en sus cuerpos. No es un beso lento, sin embargo. Es fuerte, arrebatador, un juego en el que sus lenguas pelean por llevar el mando. Sus bocas abiertas encajando una contra la otra. Mordidas descuidadas en sus labios y es Christopher quien gana la batalla.

Felix se deja hacer, totalmente a la merced de la boca caliente del mayor contra la suya. Su cuerpo siendo sometido contra aquella pared, la gran anatomía de Christopher sobre él. Se siente mareado, el cosquilleo en la parte baja se su abdomen aumenta y sus brazos siguen rodeando el cuello del de falanes avellana. Sus dedos se enredan en los cortos rizos del más alto y un gruñido ronco sale de su boca cuando Felix hala un poco de ellas.

Las grandes manos de Christopher están subiendo por sus piernas, y él simplemente no puede evitar convertirse en un mar de jadeos y gemidos ahogados. Sus mejillas están completamente rojas y siente como su entrepierna comienza a despertar. Bang se está frotando contra su cadera y un gemido sale de su boca cuando un apretón en su trasero lo sobresalta.

—Me encantas. No sabes cuánto me encantas, Lix.— Christopher dice y sus besos bajan sobre el cuello del menor. Su lengua húmeda recorriendo la garganta de Felix, tiene un buen sabor, y no va a mentir, muchas veces soñó con él.

Felix murmura, totalmente fuera de sí. Lo besos de Christopher lo están volviendo increíblemente loco, nublando sus sentidos y agitando su respiración. Un pequeño gritó sale de su garganta cuando siente como sus pies son despegados del piso, y de pronto sus piernas están alrededor de las caderas de Christopher y sabe perfectamente que se trata de su mejor amigo, pero todo a su alrededor es borroso y no cree que podrá detenerse, no cuando la boca de Christopher esta sobre su piel chupando como un maldito vampiro, totalmente desesperado, y aquello es caliente. Su pene ha sido despertado y sabe que Bang siente como su erección se frota contra su abdomen. Las manos del rizado están debajo de su falda y él agradece mentalmente haber escogido bien entre su ropa interior.

No es consiente de cuando es que Christopher comienza a caminar con él aún sujeto a su cuerpo, pero puede escuchar perfectamente como una puerta es abierta, así como al mismo tiempo, esta misma es cerrada y trabado con seguro. Sus labios no abandonan los ajenos y es todo un lío de saliva y jadeos entrecortados. Las grandes manos de Christopher amasan de una forma totalmente descarada sus nalgas, y a él no le molesta sin embargo, se siente bien, y le arrebata gemidos llenos de placer.

Su cuerpo es puesto sobre la blanda cama del mayor, y todo se vuelve aún más placentero cuando Christopher comienza a frotarse con desespero contra su erección. Está consciente de que sus gemidos son totalmente altos y quizás lo más agudo que sus cuerdas vocales le permiten pero aún graves rozando los agudos, que debería evitarlos si no quieren ser escuchado o dañar su viz pir algunoa días pero es tan difícil cuando tiene las manos de Christopher sobre su cuerpo, acariciando su estómago plano y mordiendo la curvatura de su cuello. Hay un remolino de sensaciones dentro de su pequeño cuerpo muy imposible de sobrellevar. Siente que va a colapsar en cualquier momento y mentalmente se reprende, porque apenas esto va comenzando y él ya se siente fallecer.

—Chris Oppa.~— suspira entre en medio de un gemido cuando siente como su suave suéter es retirado de su cuerpo. La boca de Christopher esta sobre uno de sus rosados botones y él no puede evitar retorcerse ante las sensaciones desconocidas pero igualmente placenteras, su lengua alternandose entre uno y el otro, y Felix no puede hacer nada más que jadear con la falta de aire en sus pulmones.

Los labios de Christopher descienden de un momento a otro por el estómago del menor, deleitándose con su suave piel tocada por el sol y mágicamente perfecta. Y él quizá alguna vez llegó a soñar con esto. En como su lengua probaba la gran delicia que era la piel de Felix bebiendo de ella como si de el elixir de la juventud o cualquier otra cosa maravillosa de tratara. Dejando la marca de sus dientes por toda su extensión, decorando con lindos y orgullosos arcos de color rojo. Una hermosa obra de arte estaba creando. Su boca era el pincel y la piel de Felix era su lienzo.

Sus dedos tocan tentativamente el cierre a un lado de la falda de Felix, se muerde los labios cuando poco a poco comienza a bajarlo y en tan solo segundos la prenda a sido retirada del cuerpo del de ojos cerúleos.

Y la piel de sus muslos es perfecta, lisa y suave al tacto como siempre lo imaginó. Pero el aliento en su garganta se ha atorado de nuevo y el habla se le ha limitado a tan solo jadeos entrecortados. La sacudida en su pene es aún más fuerte y su labio inferior ha sido atrapado pos sus dientes.

Felix lleva puesta unas bragas. Las había tocado con sus manos cuanto el menor había abrazado sus caderas con sus piernas. Pero verlas era algo totalmente diferente, y Christopher verdaderamente comienza a sentir la excitación subiendo por cada parte de su cuerpo.

La delgada tela es casi transparente y de color blanco, tiene un bonito liston de color azul justo en medio y Christopher puede ver la punta del miembro de Felix salir de la pequeña prenda. Se relame los labios, y viendo el hermoso desastre de cabellos revueltos, labios hinchados y pupilas dilatadas que el menor es, pasa su lengua, totalmente deseosa por lo largo de la erección de Felix aún cubierta por las bragas.

El de fanales azules se retuerce bajo su tacto húmedo, sus pequeñas manos hechas puño sobre las sábanas. Las grandes y suaves manos de Christopher sujetan sus caderas y la necesidad de empujar contra la cara del mayor es enorme. Sus bragas están siendo lentamente retiradas. En segundo está por completo desnudo y la perfecta boca de Christopher alrededor suyo. Su respiración se vuelve agitada, el aire se siente pesado en sus pulmones y sus manos se mueven esta vez al cabello chocolatoso del mayor, sujetando de este al mismo tiempo en que sus caderas se mueven entre los labios de Christopher.

Y es solo cuando siente que no podrá aguantar más, que su garganta decide ceder.

pink pastel ー chanlix.Where stories live. Discover now