pink pastel ー chanlix.

v.

-Por favor, Op-Oppa... Po-Por favor.- se las arregla para decir entre gemidos. No está seguro de haber sido escuchado, su voz es un completo hilo y está seguro también de que se encuentra totalmente destrozada por los gritos de placer que ha soltado. Pero entonces Christopher lo saca de su boca y el peso sobre sus muslos desaparece.

El sudor se acumula en su frente, y su respiración frenética hace que su pecho se eleve con cada bocanada de aire. Christopher está en frente suyo, de pie junto a la orilla de la cama. Felix se apoya en sus codos, levantando solo un poco la cabeza.

Tiene una buena vista de Christopher quitando su ropa mientras observa su cuerpo desnudo tendido sobre el colchón, y él se muerde los labios, porque aquello es caliente y aunque se se siente expuesto no hace ningún esfuerzo por cubrirse.

Es totalmente lo contrario, cuando ve como la erección de Christopher golpea el abdomen de este, sus piernas se separan con un gemido de por medio. Está conciente de que parece un completo desesperado, y quizá lo está, pero no va a aceptarlo; por lo menos no con palabras.

-Eres tan hermoso. Completamente perfecto.- Christopher dice con aquella voz ronca que tanto le gusta al menor, y Felix no puede hacer otra cosa más que jadear.

Su cuerpo está siendo besado desde la punta de los dedos de sus pies hasta sus pronunciadas clavículas, y sus curvas suaves delineadas por las magníficas manos de Christopher. Y él solo clava sus uñas de color azul cielo en la gran espalda del mayor, lamiendo un hermoso chupetón de color rojo sobre la marcada mandíbula de Bang, luegi su cuello es atacado por suaves y placentera mordidas.

Es una enredadera de extremidades en aquella cama. Sus erecciones frotándose una contra la otra, las piernas de Felix sujetando fuerte las caderas del mayor, sus talones presionandose sobre la espalda baja de este.

El de ojos índigo se encuentra deseando más contacto de forma casi ambiciosa, y un gemido de protesta sale de sus labios cuando Christopher se separa de su piel.

Se miran a los ojos y es solo el sonido de sus respiraciones lo que se escucha en aquel silencio rodeado de un aura erótico.

Hay demasiadas cosas en la cabeza del de ojos esmeralda. Demasiadas cosas que desea gritar a todo pulmón y sobre los labios de Felix.

-Necesitamos lubricante,- sin embargo es aquello lo único que sale de su boca. Felix asiente-, y un condón.- concluye, y el menor concuerda de nuevo.

Así que se estira sobre el cuerpo ajeno debajo suyo, alcanzando el cajón del buró a un lado de su cama. Saca una pequeña botellita de lubricante junto con un sobre de color plateado y no puede evitar que sus ojos vaguen por las mejillas llenas de pequitas de Felix, quién, impresionado observa los objetos en sus manos.

-No-No es lo crees.- Christopher dice, y su voz suena un tanto temerosa. -Yo, por nada del mundo tenía planeado esto.- es rápido en aclarar, pero entonces el ceño de Felix se frunce y él comienza a asustarse-. No-No sabía que pasaría, que-que terminaríamos así. En serio, lo juro, Lix.

La mirada de Felix parece relajarse, pero ahora Christopher no está seguro de querer volver a intentar un movimiento más después de todo.

Sin embargo, el ojiazul toma los objetos de las manos de Christopher, y destapando el lubricante vierte un poco sobre los largos dedos de este. Sus miradas aún conectadas y sus corazones golpeando fuerte aún contra sus pechos.

-Prepárame.- murmura y se recuesta de nuevo sobre la cama y sus piernas se extienden hacia los lados, dejando a la vista su apretada entrada aún virgen.

Christopher vuelve a morderse los labios, una sonrisa ladina apareciendo en su rostro poco a poco. Y entonces la punta de sus dedos se encuentran masajeando alrededor de la entrada de menor, abriendo de forma lenta y sin querer lastimar. Empuja uno de sus dígitos hacia dentro, sacando un jadeo por parte de Felix. El chico muerde sus labios con ímpetu y sus ojos se encuentran cerrados, totalmente relajado para ser su primera vez.