IX| Poliamor

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Tres personas en una cama
y porque falta una para ocupar mi alma,
nunca el espacio de las sábanas
es suficiente grande para tapar
todo aquello que queremos tocar.
Éramos cuatro,
él,
ella,
las sábanas,
y yo;
supimos fundirnos hasta formar
un perfecto cuerpo
como creado por la naturaleza,
soñaba con estar con ella,
pero él me hacía feliz,
quiere dormir hasta tarde a su lado
y que alguno de los dos
me prepara el desayuno,
amor por igual,
como dos pájaros
que se acaban de enamorar,
una tarta repartida perfectamente
entre tres corazones rotos.
El mío estaba tan roto que tal vez,
una persona solo,
no hubiera sido suficiente para regarlo y amarlo.

~storm

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