Dear Diary ※ YoonMin

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El mundo de Yoongi se vino abajo. No sabía qué iba a hacer si perdía a Jimin por esto. Corrió hacia la puerta de Jimin y la golpeó con toda su fuerza.

—¡Jimin! ¡Jimin, lo siento! Te prometo que nunca quise invadir tu privacidad de esta manera, si no quieres que te ame, me detendré, me mudaré, haré lo que sea necesario, por favor, no...

La puerta se abrió y un Jimin nervioso se mostró frente a él, todavía sosteniendo el diario en su mano.

Lo empujó agresivamente en el pecho de Yoongi, sin interrumpir el contacto visual ni por un segundo. Yoongi le dirigió una mirada confundida mientras recuperaba el diario.

—Ábrelo —ordenó Jimin. Yoongi frunció el ceño, y abrió el diario como le dijeron. Todo le parecía igual—. Ve a la última página.

Yoongi pasó a la última página, mirando la fecha: 31 de diciembre de 2014. 

—Ya vi esto. Te lo dije, Jiminie, lo leí todo. 

Jimin negó con la cabeza. 

—Voltea la página. 

Yoongi pasó lentamente la página, y su corazón casi se detuvo. Allí estaba. La fecha de hoy. 

20 de julio de 2018 

Querido diario, 

Finalmente me ve. 

Finalmente dijo las palabras que he querido escuchar durante más de diez años. 

Te amo Min Yoongi. 

Estoy tan enamorado de ti. 

Nunca habrá nadie más para mí, excepto tú.

Paralizado, Yoongi miró la entrada, escrita por Jimin hace unos momentos. Levantó lentamente la cabeza para encontrarse con los ojos del más joven, sin saber si había leído bien las palabras.

—Tú... —su voz se apagó débilmente mientras miraba los ojos brillantes de Jimin, sin saber qué hacer.

—Sí, Yoonie —susurró Jimin—. Siempre.

El corazón de Yoongi se llenó de alegría, y él rió alegremente.

—Bebé, ven con hyung —dijo, tirando de Jimin por la camisa.

Sus labios se apretaron juntos con desesperación, casi en agonía, mientras exploraban las bocas desconocidas del contrario. Jimin enredó sus manos en el cabello de Yoongi, y este ahuecó la cara del menor, besando suavemente sus suaves y gruesos labios.

Jimin gimió en el beso y presionó su cuerpo contra el de Yoongi mientras el mayor lo sujetaba firmemente por la cintura.

Se separaron un poco del otro, jadeando y tratando de recuperar el aliento, y Jimin apoyó la frente contra la de Yoongi.

—He esperado tanto por esto, Yoonie —dijo Jimin, suspirando de alivio.

—¿Entonces no estás enojado conmigo? ¿Porque leí el diario? —Yoongi rozó la mejilla del menor con su pulgar, besando suavemente la sien del más bajo.

Jimin negó con la cabeza.

—No hyung —le tranquilizó—. Me avergüenza que hayas tenido que leer todo eso, sí, pero si eso es lo que te llevó a que me amaras, entonces no me importa. Escribiría un millón más.

Yoongi tomó la mano de Jimin y tiró de él hacia la cama, acostándose y tirando de Jimin a su lado, enredando sus piernas.

Plantó un pequeño beso en la punta de la nariz de Jimin, y el más joven tarareaba feliz.