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                                                                             Guadalajara, Jalisco, México 8 de enero de 1997

Querido desconocido:

Vengo con noticias,

Fuimos a un bar, Santiago tuvo una pelea  con unos tipos, esa era una nueva faceta que descubrí de él, Santiago no tolera que molesten a sus amigos, esos tipos comenzaron a insultar a Jaime y Francisco , ellos son una linda  pareja pero hay gente que no lo ve, al principio Santiago trato de hablar pero su don no es la paciencia, aquellos tipejos seguían ladrando y bueno Santiago les soltó un buen golpe, empezó la riña y entre los demás tuvimos que separarlos y sacar a Santiago del lugar, no veníamos buscando problemas, Jaime comenzó a hablar con Santiago.

    — Santiago sabes que no puedes pelear así, debes controlarte— dijo el chico con rostro serio

     — Lo sé, pero sabes la poca paciencia que tengo— lo dijo mientras se limpiaba la sangre de la boca.

    — Vamos a casa necesitamos curarte las heridas.

     — Primero debo llevar a Nicolás a casa, se hará muy tarde.

Interrumpí la conversación

    — No te preocupes, primero hay que curarte— lo dije con una gran sonrisa mientras tocaba su hombro.

Tuve que insistir varias veces para que el accediera, ¿puedes creer que él me vea como una cría? Insistía en que debía dejarme primero en casa, que tenía que cuidarme, lo último claramente me sonrojo, pero no deje que se notara.

Llegamos a su casa y Jaime comenzó a curarlo en lo que Francisco hacia la cena.

Se hizo demasiado tarde  y mi casa estaba algo retirada, Santiago me pidió que me quedara en su casa esta noche ya que era peligroso salir bueno México no es el lugar más seguro a ser verdad.

Llame a mi madre.

Tuve una pequeña discusión, mi madre estaba al tanto de las preferencias de Santiago y no le agradaba que me quedaré con él, siempre he sentido que ella sabe un poco de mi secreto, pero no quiere aceptarlo. Santiago me mostró la habitación de invitados y fui a recostarme. Ya pasando las horas me dieron muchas ganas de ir a l baño, cuando me levante, los chicos estaban hablando, escuche mi nombre, pero solo eso, ahora la duda me carcome.

Te quiere, Nicolás.

Me dijeron podrías ayudarmeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora