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                                                                                        Guadalajara, Jalisco, México, 6 de agosto 1997

Saludos.

Desde ese día solo me la pasaba en casa puesto que estaba de vacaciones, mis padres no me dejaban salir y durante todo el tiempo después de la última carta mi padre entraba a mi cuarto y me golpeaba, a veces corría con suerte y solo era una abofeteaba y gritos, otras veces llegaban a patadas y golpes con mayor intensidad, mi padre cree que así dejaría de ser ese joto que se convirtió por culpa de alguien más.

Santiago solía venir a buscarme, yo ya le había dicho que estaba castigado, pero nunca le conté lo demás, no deseaba preocuparlo.

Él se trepaba a un árbol que daba hacia mi ventana y platicamos (siempre tenía la luz apagada para que no viera mis heridas), hoy  mi padre se dio cuenta pero no actuó hasta que el chico se fue. Santiago era el único que me hacía querer seguir con mi vida, él único que podía reparar el año que me hacían en casa solo por amar diferente.

Cuando Santiago bajó del árbol, mi padre entró, esta vez traía un fajo y me golpeó tantas veces que casi perdía la conciencia, pero parece disfrutar dejarme al borde del colapso ese hombre no era mi padre y esa señora que se hacía llamar mi madre solo era una perra que no hacía nada.

Querido desconocido esta es mi última a carta, te agradezco la ayuda que me has dado.

Te quiero, mucho y gracias.

Me dijeron podrías ayudarmeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora