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Narrador Omnisciente.

- no, no... No somos pareja- negaron ambos a la vez, solo que Elsa era la única que se había puesto incómoda. Jack más bien estaba riéndose de la situación

- oh, mil disculpas... Es que ustedes se veían tan... No importa, lo siento- la camarera salió casi enseguida mientras su rostro se ponía rojo cual tomate

Al estar ya ambos solos Jack no lo soporto más y soltó una leve carcajada viendo a Elsa

- ay, dios... Espantaste a la pobre chica- Elsa rodó los ojos negando con su cabeza

- no es verdad, yo solo la corregí y ya- se encogió de hombros. Jack negó divertido

- no, tu lo que hiciste fue espantar la con tu voz...- ella frunció el ceño viéndolo raro

- ¿eso es si quiera posible, Jackson?- articuló alzando una de sus cejas. El asintió tomando sus cubiertos

- por supuesto que si, y tu lo acabas de hacer- la señaló con el tenedor, haciendo que Elsa una vez más negara con la cabeza

- como sea...- suspiró rendida, pues no lo haría cambiar de opinión. Lo miró de reojo y frunció el ceño abriendo sus ojos como plato- ¡¿pero que haces?!

Jackson se sorprendió por el pequeño gritó que había lanzado. Miró a sus lados para ver si ni le había gritado a alguien más, pero al no encontrar a nadie se apuntó a él mismo con el tenedor.
Elsa rodó los ojos y asintió viéndolo

- ¿que ocurre conmigo?- preguntó confundido. Elsa negó con la cabeza sin poder evitar sacar una sonrisa ladeada

- los tacos no se comen con tenedor...- Jack soltó de golpe el tenedor y Elsa pudo jurar que vio sus mejillas sonrojarse levemente- no puede ser... ¡Te ruborizaste!

Jackson se maldijo mentalmente por lo que Elsa había visto y se tapó el rostro inconscientemente

- dejame, no se nunca había comida estas cosas- Elsa asintió y le explicó la simple forma para comerse esos tacos

La cena transcurrió sin problemas. Ambos disfrutaban de una que otra charla sobre negocios y de vez en cuando habían silencios en los que sólo se dedicaban a comer

Salieron del restaurante y como Jackson lo había prometido, volvieron a la agencia, para que así Elsa pudiera tomar su coche eh irse a descansar un rato... O quizás a visitar a Anna

No pasaron ni dos horas y la mayor de las Arendell había caído en un profundo sueño encima de su cama, cubierta con una sabana negra acolchada

A unos kilómetros de allí, un albino se paseaba de cuarto en cuarto revisando todo con exactitud. No podían haber rastros de lo que sea que haya hecho estos últimos 7 años

Debía ocultarlo todo a los ojos de Elizabeth, porque sino, perdería todo lo que le impotaba y todo lo que le mantenía la vida que lleva

- ¡Jassica!, desaste de estos papeles y de esta bolsa... Que malo todo y no dejes rastro- la sirvienta asintió y mientras se iba de la habitación, escucho a su jefe suspirar... Quizás de alivio

Lo estaba consiguiendo. Estaba consiguiendo deshacerse del muro de piedra que Elizabeth Arendell tenía a su alrededor.

Pero lo que no sabía, era que Elizabeth tenía un plan bajo la manga que lo dejaba sin trucos

- Tadashi, ¿pudiste grabar eso?- le dijo en medio de la llamada. El chico hizo un ruido de asentimiento

- está todo grabado, y todo gracias a esas ingeniosas cámaras que colocaste- La peliblanca no pudo evitar sonreír triunfante. Algo bueno había sacado de haber ido a comer a la mansión de Jackson Frost.

Dᴇᴇᴘ ʀᴇʟᴀᴛɪᴏɴsʜɪᴘ (+18) ®️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora