Epílogo.

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Narrador Omnisciente.

Las luces de aquel pasillo eran tan brillantes que era imposible que no molestaran.

Iluminaban de forma irregular, mientras la camilla iba pasando de forma rápida, apresurándose para evitar que aquel cuerpo recobrara su pulso.

-. Le ha dado un paro cardíaco.- alzó su voz la enfermera que estaba sobre él cuerpo, intentando hacerle reanimación. A lo lejos sólo podían oírse llantos y repetidos gritos.

-. ¡No dejen que muera!.- fue lo último que se escuchó antes de que entraran a pabellón y comenzarán a abrir su pecho, mientras intentaban reconstruir el daño que había sufrido en todo su cuerpo.

—————~tres horas antes~——————


Él disparo se escuchó en todo el lugar y el cuerpo de la colorina junto al de el castaño no dudaron en caer al suelo.

-. Dios, Elsa..- ahogó un sollozo Hiccup, mientras intentaba ignorar la bala que tenía incrustada en su pierna.

Intentó hacerla reaccionar, pero no lo conseguía. No sabía donde sostenerla, pues su rostro estaba tan inflamado que a penas se podían notar sus pestañas, sin mencionar las pequeñas manchas de sangre que se translucían a través de su blusa.

Se levantó como pudo luego de desatar sus pequeñas y magulladas muñecas, para luego cargarla y comenzar a caminar fuera del cuarto entre quejidos.

No volteó a mirar si Anna ya estaba muerta o no. Sabía que lo estaba, pues la bala había atravesado su yugular, desangrándola en cuestión de segundos.

-. Dios, Elsa...- murmuró Hiccup, sosteniéndose de una muralla para poder bajar los escalones de las escaleras y llegar a donde los demás habían llevado a ambos pequeños. Al otro lado de la casa.

-. Debes despertar, ¿bien?.- volvió a hablarle.- Si yo puedo con esta mierda de bala, tú puedes con esto.-

Pero Elsa no lo oía. Su cuerpo estaba en constante lucha por mantener el corazón latiendo y la sangre circular.

Se sentía en un vacío oscuro, donde todo lo que ella recordara o imaginará rodeaba aquellas paredes. Aquel lugar le gustaba, porque así podría ver sus recuerdos junto a Nicolas para siempre, y con aquello se conformaba.

Hiccup logró bajar los escalones sin caerse o resbalarse con la sangre que salía de su pierna. En cuanto llegó a la primera planta se dirigió casi enseguida hacia la puerta trasera.

Estaba agotado, y ya no sentía su pierna, lo cual lo preocupaba. Pero sabía que eso ahora no importaba, sino Elsa y que pudiera sobrevivir.

Pero a veces, cuando uno ve lo que quiere ver, se olvida de la realidad.

Elsa frunció el ceño alzando su cabeza, esperando leves segundos para luego abrir los ojos. Frente a ella se encontraba Anna, quién tenía una aguja en su mano y le sonreía ampliamente.

-. ¿Te gustó el sueño?.- río para su misma.- es una de las consecuencias de consumir adrenalina y MDMA al mismo tiempo.- se encogió de hombros.

Elsa maldijo para sí misma, recordando a Hiccup y pensando en que al menos estaba sano y salvo, al igual que Nicolas. Porque aquello no lo había soñado, ¿o si?.

Volteó a ver hacia el monitor de la cámara de seguridad y sonrío al notar el candelabro en el suelo sin rastro de sus hijos.

-. Si, eso fue un inconveniente.- gruñó Anna siguiendo la mirada de Elsa hacia el aparato.- pero tranquila, que contigo también me funciona en plan.

Dᴇᴇᴘ ʀᴇʟᴀᴛɪᴏɴsʜɪᴘ (+18) ®️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora