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"¿Será que tengo una familia?"

- Lenna.

Desperté gracias a los pequeños rayos de sol que lograban entrar por mi ventana, me estiré un poco y me senté en la cama, miré al rededor y ahí estaban las otras tres chicas que yo llamó hermanas.

Ellas y yo fuimos adoptadas por la Señorita Collins, al principio fue dulce y siempre nos mantuvo en la escuela, después nos mandó a trabajar, por cierto, buenos trabajos donde nos pagan bien para darle el 80% de nuestras ganancias, solo nos explota.

Kate tiene la misma edad que yo, estábamos juntas, en la misma casa hogar. Después de dos años trajo a Claire, por último integró a Kendall.

Kendall siendo la más "pequeña" de nosotros la Señorita Collins la usa de su sirvienta. Me da mucha lástima tan solo tiene 16 años.

- Kate despierta, vamos al trabajo.- La moví un poco para que despertara.- ¿Quieres que venga la Señorita Collins a levantarte?

Dicho esto Kate abrió los ojos rápidamente y se sentó, solo solté una risita.

- No me asustes con eso, imagínate que entre gritando y con un sartén para hacernos ruido, como en las películas.- Negó con la cabeza.- Que horror.

Solté una risa lo cual hizo despertar a las demás y me alegraba.

- Buenos días chicas, es hora de empezar nuestra rutina.- Dije sonriente.

- Por Dios Lenna, ¿cómo puedes ser tan positiva siempre?- Dijo Claire mientras se tapaba con las sábanas.

- Claro que no me gusta esta vida, pero gracias a la Señorita Collins tenemos un hogar y que comer.- Abrí las cortinas de la habitación.

- Preferiría quedarme en la casa hogar.- Suspiró Kendall. Pobrecilla.

- Niñas.- Suspiré.- No me creo la mayor, ni la jefa de nosotras, pero en serio hay que agradecer ésto, solo nos tenemos a nosotras y las quiero mucho.

Todas me dieron un abrazo.

Esas chicas eran mi familia.

Después de desayunar y de hacer nuestras camas ya era hora de irnos al trabajo, nos despedimos de Kendall y la Señorita.

Claire como siempre era la primera en tomar el autobús, nos despedimos de ella, el autobús siempre se quedaba unos cinco minutos parado por si llegaba más gente, había un espectacular pegado de una banda, ponía "why don't we", la verdad es que no estamos muy enteradas de casi nada, tenemos un horario para ver la televisión y no tenemos celulares.

- Por Dios Lenna, ese chico de ahí se parece demasiado a tí.- Dijo divertida, miré a dónde señalaba.

Era un chico rubio, no se parecía a mí o ¿si?

- Para nada Kate, estás loca.- Rodé los ojos y seguí mirando para ver si venía nuestro autobús.

- Desearía tener un celular ya mismo para tomar una foto y preguntar.- Suspiré fastidiada.- Tienen los mismos ojos, por Dios.

« La hermana de Corbyn »Donde viven las historias. Descúbrelo ahora